MARCAS

Indemnización coercitiva por incumplimiento de sentencia condenatoria por infracción de marca comunitaria

Tribuna Madrid
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1. Hechos.

El Auto trae causa de un pleito por infracción de derechos de marca comunitaria interpuesto por Unión de Cosecheros de Labastida S.L contra Bodegas y Viñedos Puerta de la Bastida SL. La demandada había sido condenada a cesar en el uso del distintivo PUERTA DE LA BASTIDA para identificar vinos y a retirar del mercado cualesquiera productos, material publicitario o medio en el que se consigne dicho signo.

En el proceso de ejecución de Sentencia que se siguió a continuación, el Juzgado acordó requerir a la parte ejecutada para que, en el plazo de un mes cesara en el uso de "puerta de la bastida" y, en particular, se procediera a la "cancelación" de un nombre de dominio. Después de diversos trámites, el Juzgado fijó como indemnización coercitiva por el retraso en el cumplimiento de dicha condena la cifra de 37.200 Euros (a razón de 600 Euros por día). El Tribunal estima la apelación interpuesta contra el fallo y revoca la indemnización.

2. Pronunciamientos.

El Tribunal comienza por establecer la doctrina general sobre la indemnización coercitiva, aquella que procede por cada día que pase sin que el demandado dé cumplimiento a una sentencia de condena. La sentencia advierte al respecto: “Dos presupuestos son necesarios para que proceda fijar una indemnización coercitiva: a) que la sentencia dictada en el procedimiento por infracción de marca haya condenado a la cesación de los actos de violación de la misma; y b) que los actos infractores no hayan cesado. En tal caso, y promovida la ejecución de la sentencia condenatoria (pues el importe de la indemnización se ha de fijar, según el precepto referido, en fase de ejecución de sentencia), el Tribunal fijará una indemnización (cuyo destino, por tanto, es ser entregada a la parte ejecutante) coercitiva (pues tiene por finalidad impulsar al ejecutado a la cesación de los actos de infracción), con las siguientes circunstancias: a) su importe mínimo no podrá ser inferior a 600 Euros por día; b) el díes a quo (día a partir del cual surgirá la obligación de indemnizar ) será fijado en ejecución; y c) díes a quem será el día que se produzca la cesación efectiva de la violación”.

En el caso enjuiciado la imposición de la indemnización coercitiva había tenido lugar por el retraso por parte de la condenada en la cancelación del nombre de dominio asociado a su signo. Para el Tribunal, sin embargo, concurren varias circunstancias que impiden una indemnización de esta clase: (i) la condena por infracción no contenía un pronunciamiento específico respecto al nombre de dominio (ii) el demandado, al ser requerido a la cancelación del nombre redirigió los contenidos de la web a otro sitio de Internet (iii) el demandado demostró que no podía renunciar al nombre de dominio por cuestiones administrativas ajenas a su voluntad y (iv) durante la tramitación del procedimiento de ejecución, el demandado acordó con la parte actora la cesión del nombre de dominio.

En estas condiciones el Tribunal declara: “La indemnización coercitiva tiene como finalidad, una vez que los términos de la condena a la cesación de los actos de violación de la marca son claros (o pueden inferirse fácilmente, dados los términos en que el litigio se ha planteado), incitar al ejecutado, que voluntaria y conscientemente los ignora, a respetarlos. Exige, pues, una conducta conscientemente reticente al cumplimiento del fallo condenatorio, en lo que respecta a cesar en los actos de violación de la marca ajena. Y esta conducta no parece, según lo anteriormente razonado, en el caso que nos ocupa, ya que ni el fallo condenatorio contenía referencia alguna a la cancelación del nombre de dominio (cuya existencia constaba, antes de la presentación de la demanda, a la parte actora) ni, con posterioridad, y una vez que en ejecución se dotó de contenido a dicho fallo, ordenando la cancelación, le fue posible obtenerlo, por causas organizativas del servicio, ajenas a su voluntad; habiendo desplegado, no obstante, una conducta diligente a tal fin (pues solicitó, con reiteración, al prestador del servicio, la cancelación del nombre de dominio) y habiendo adoptado además, desde tiempo antes, una actuación tendente a evitar la producción de perjuicios al titular de la marca, vaciando de contenido la página”.

3. Comentario.

No abundan las sentencias que examinan la aplicación de la indemnización coercitiva. Se trata de una medida de especial importancia para soslayar voluntades remisas al cumplimiento de una condena de cese en las acciones por violación de derechos de marca. La imposición de una indemnización por cada día que pase sin que se dé cumplimiento a la condena refuerza la eficacia de la Sentencia y da sentido al principio de seguridad jurídica. Pero la norma apenas establece la obligación de indemnizar y el importe diario que puede ser reclamado.

Esta Sentencia resuelve algunas interrogantes y revela que la actitud del condenado puede operar como una suerte de “atenuante” a la hora de apreciar la viabilidad de una indemnización coercitiva.

(Fuente de la información: ANUARIO ELZABURU 2015, recopilatorio de comentarios de jurisprudencia europea en materia de Derecho de Propiedad Industrial e Intelectual que realiza Elzaburu).

ENGLISH VERSION 

Coercive compensation for breach of a court order for Community trademark infringement. Order of the Community Trademark and Design Court of 8 October 2015. 

1. Background.

This Order stems from legal proceedings for Community trademark infringement brought by Unión de Cosecheros de Labastida S.L. against Bodegas y Viñedos Puerta de la Bastida S.L. The defendant had been ordered to cease use of the sign “PUERTA DE LA BASTIDA” on wines and to remove any products, advertising material or media on which that sign appeared from the market.

During the ensuing enforcement proceedings, the Court ordered the judgment debtor to cease use of “PUERTA DE LA BASTIDA” within a period of one month and, in particular, to “cancel” a domain name. Following various formalities, the Court set coercive compensation for the delay in complying with the order at 37,200 Euros (at a rate of 600 Euros per day). The Court upheld the appeal lodged against that decision and revoked the damages.

2. Findings.

The Court commenced by referring to general doctrine on coercive compensation, i.e., the damages awarded per day that elapses until the defendant complies with a court order. In that regard, the judgment pointed out the following: “Two scenarios are required in order for coercive compensation to be established, namely: a) the judgment handed down in the trademark infringement proceedings must contain an order to cease the infringing acts; and b) the infringing acts must not have ceased. Where those requirements are met, and once the judgment enforcement procedure is underway (since according to the aforementioned provision, the amount of the compensation must be established at the judgment enforcement stage), the court will award coercive compensation (since the purpose of same is to encourage the judgment debtor to cease the infringing acts) to the judgment creditor under the following circumstances: a) the minimum amount of the damages shall not be lower than 600 Euros per day; b) the dies a quo (the day as of which the compensation requirement comes into play) shall be established at the enforcement stage; and c) the dies a quem shall be the day on which the infringement effectively ceases”.

In the case under analysis, coercive compensation had been ordered due to the defendant’s delay in cancelling the domain name associated with its sign. The Court nevertheless considered that a number of circumstances precluded damages of that nature, namely: (i) the order for infringement did not contain a specific finding relating to the domain name; (ii) the defendant, when ordered to cancel the domain name, redirected the website’s content to another website; (iii) the defendant demonstrated that it could not surrender the domain name due to administrative issues beyond its control; and (iv) during the judgment enforcement procedure, the defendant came to an agreement with the plaintiff regarding the assignment of the domain name.

In those circumstances, the Court declared as follows: “the aim of coercive compensation, once the terms of the order to cease the infringing acts are clear (or can easily be inferred from the terms of the legal proceedings), is to encourage the judgment debtor, who has voluntarily and consciously ignored those terms, to respect them. It therefore calls for a conscious reluctance to comply with the order contained in the judgment in respect of putting a halt to the infringement of the other party’s trademark. In accordance with the above reasoning, there is no such conduct here, since the order did not contain any reference whatsoever to the cancellation of the domain name (of which the plaintiff was aware before it filed the complaint), and afterwards, once the operative part of the judgment was specified at the enforcement stage with an order to cancel the domain name, it was impossible for the defendant to comply with that order due to organisational issues experienced by the service that were beyond the defendant’s control. That party had nevertheless acted diligently (since it had repeatedly asked the service provider to cancel the domain name) and had also, some time earlier, taken action aimed at preventing damage from being sustained by the trademark holder by clearing the content of the website”.

3. Remarks.

Few judgments examine the application of coercive compensation. It is a particularly important way in which to deal with reluctance to comply with an order to cease acts of trademark infringement. Imposing compensation for each day that goes by until a court order is obeyed bolsters the effectiveness of the judgment and gives meaning to the principle of legal certainty. However, the law barely touches on the obligation to pay such compensation or the amount which may be claimed per day.

This judgment clears up some previously unanswered questions and shows that the judgment debtor’s attitude can act as a kind of “extenuating circumstance” when it comes to assessing the feasibility of coercive compensation.


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