LFBVR está de luto.
En medio del virus, la pandemia, los ERTEs que nos acechan, las bombas que caen a nuestro alrededor reventando vidas -abuelos, suegros, amigos, el círculo se estrecha ...-, en medio de esta desoladora pesadilla bíblica, buñuelesca, LFBVR acaba de perder su E.
Desde ayer, nunca más LFBVR podrá volver a ser LEFEBVRE.
Desde ayer, el MMNTO no podrá ser nunca más MEMENTO.
Desde ayer nos falta, en el alfabeto recitado en nuestra diaria salmodia de aprendices de editores (con "e" minúscula), la "E" mayúscula de ENRIQUE.
Desde ayer, además de nuestra "E" mayúscula, grande, inmensa, nos falta el Autor y el Amigo humilde y señorial, mesurado e impecable, riguroso y aragonesamente socarrón ...
Enrique estaba muy hondo en nuestra Editorial, en el Ejemplo del Esfuerzo cotidiano, callado y preciso. Y ayer, el malhadado, mortífero, maligno, maldito bicho, nos lo ha robado, se lo ha llevado sin darle la oportunidad de corregir las últimas, las postreras, las definitivas galeradas del último Memento....
¡Qué mal dadas están siempre las cartas!
¡Qué mal dadas, también, en esta siniestra partida contra la razón, contra la lógica del progreso aparente, contra la peste medieval de este siglo estúpida e inútilmente globalizado, marcado ya por la tragedia histórica ...!
Será difícil imaginar nuestra producción editorial sin ENRIQUE, sin esa Excelencia en el análisis, sin esa Extraordinaria humanidad ("No sé, no sé si seré capaz"...), sin esa Elegancia en sus acciones y en todos sus escritos.
Será difícil vivir LEFEBVRE y los MEMENTOS sin ENRIQUE GARCÍA TOMAS.
Descansa en paz, admirado, querido y ya añorado Enrique.
LA REDACCIÓN DE LEFEBVRE