Este cuadro está en el Thyssen-Bornemisza desde 1993 y lleva en litigio en los tribunales de EEUU por parte de la familia Cassirer desde hace más de 20 años.
Así transfieren al Tribunal Supremo California la cuestión de cómo debe aplicarse la norma de conflicto de leyes de California. En concreto, ésta es la clave del caso porque, si bajo la norma de conflicto de leyes de California se aplica el derecho sustantivo de España, el cuadro pertenecería a la fundación Thyssen por cuanto habría adquirido por prescripción adquisitiva. En cambio, si bajo la norma de conflicto de leyes de California se aplica el derecho sustantivo de California, el cuadro pertenecería a los Cassirer por cuanto el derecho californiano no prevé la prescripción adquisitiva en este asunto.
Bernardo Cremades Jr. del bufete B. Cremades y Asociados que representa en este caso como amicus curiae a la Federación de Comunidades Judías de España y la Comunidad Judía de Madrid, explica: "La Fundación Thyssen debería seguir el ejemplo de otros museos internacionales y devolver las obras de arte robadas. Se trata de un incumplimiento sistemático de los compromisos internacionales de España en esta materia. Confiamos en que el Tribunal Supremo de California zanje el asunto haciendo justicia.”
Como ha manifestado uno de los jueces de la Corte de Apelaciones en el escrito por término medio, transcurren unos 500 días entre la certificación de la Corte de Apelaciones y la decisión correspondiente del tribunal estatal, por lo que se prevé un nuevo retraso en la sentencia final de este caso.