El 45% de los compliance officers en España afirman que el uso de herramientas basadas en IA ya tiene impacto en su trabajo

El uso de la inteligencia artificial pasa factura al compliance: posibilidades, limitaciones y perspectivas de futuro

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EALDE Business School analiza los retos en materia de protección de datos que la tecnología plantea para los compliance officcer de las organizaciones

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Las organizaciones se están preparando para un mundo dominado por la inteligencia artificial y los nuevos avances tecnológicos. En este contexto, los departamentos de compliance están siendo duramente retados para adaptarse y garantizar el cumplimiento normativo en un entorno altamente tecnológico y dinámico que ya es real. De hecho, el 45% de los compliance officers en España afirman que el uso de herramientas basadas en IA ya tiene impacto en su trabajo, según la última un estudio realizado por EQS Group.

Y es que el mundo en el que vivimos se caracteriza por dos rasgos esenciales e indiscutibles: la era de la globalización y la era digital. Las transacciones internacionales y las relaciones interpersonales se desarrollan en gran medida a través de internet, con mucha más facilidad cada año que pasa, muchas más ventajas para hacernos presentes, nosotros y nuestra marca personal, en distintos países, pero enfrentando problemas que desde luego no son nimios.

“Los flujos de datos en estos supuestos son algo imprescindible para el desarrollo de actividades. Con todo lo que ello implica, surgen riesgos a la hora de obtener información de personas que, si no se trata conforme a la legislación vigente, puede atentar al derecho fundamental de nuestra intimidad”, explica María José Palazón, abogada penalista y profesora en EALDE Business School, que señala que “las nuevas tecnologías que ahora se nos presentan como el paradigma de nuestra era actual, la gran solución a muchos de nuestros problemas y una vía muy útil para facilitar nuestro trabajo, no deja de albergar en realidad un conjunto de elementos de revolución digital que también amenazan la seguridad de nuestras empresas y nuestros datos, especialmente cuando no tenemos conocimiento real y en toda su extensión de lo que implican”.

La inteligencia artificial (IA), el blockchain y el internet de las cosas (IoT), entre otras, nos presentan un reto que necesariamente debemos intentar superar de la mejor manera posible, especialmente para proteger los derechos de los ciudadanos. En este sentido, Rosa Borjas, docente del área de Gestión de Riesgos de EALDE Business School, añade que “la protección de datos deberá sumarse a la protección basada en registros de bloques de datos (tecnología blockchain), en especial, cuando los registros de datos ya se encuentran vulnerables por el uso de algoritmos inteligentes. Por tanto, se requerirá ir a la par buscando armonizar estas tecnologías en miras de la mejora de la calidad y la seguridad de registros de datos personales”.

Si nos preguntamos cómo se pueden adaptar las empresas a este nuevo entorno que debe combinar ambas disciplinas, la respuesta debe partir de la necesaria y previa observación y conocimiento de la realidad. Rosa Borjas mantiene que “se tendrán que homologar disciplinas desde el uso del big data (disponibilidad de gran cantidad de registros), el aprendizaje y modelamiento de estos registros con machine learning, complementado con la toma de decisiones con asistencia de algoritmos inteligente”.

Legislación y tecnología han de ir de la mano

Por su parte, Juan Pablo Rodríguez, profesor del Máster en Compliance, Fraude y Blanqueo de EALDE Business School, destaca que “es importante tener en cuenta que en el entorno en el que estamos viviendo, denominado Revolución 4.0. hablar de la protección de los datos y de inteligencia inicial requiere que la legislación esté a tono con los desafíos de la tecnología”. Este experto señala que, por supuesto, esto va a ser muy complejo, porque siempre el mundo de la tecnología va mucho más rápido que la legislación: “Para ello se requiere que la norma se haga con base en estos conceptos técnicos y, por supuesto, con la ayuda y la buena guía de los expertos en inteligencia artificial y en protección de datos”.

En este sentido, Gonzalo Vila, experto en antilavado de activos y también profesor de la escuela de negocios, destaca que “algunos de los retos que enfrentan los compliance officer estarán relacionados con el constante cambio que obliga a una adaptación continua y a una comprensión profunda de las regulaciones de los riesgos de protección de datos, de las realidades distintas a los que se enfrentan las compañías”. María José Palazón añade que “el contar con especialistas en compliance y protección de datos, que estén actualizados y al día de los riesgos que suponen estas nuevas tecnologías para los derechos y el desarrollo empresarial, no es más que una exigencia que nos impone el devenir de los tiempos y un futuro, tan incierto como prometedor, para nuestro desempeño profesional unido al campo de dichas tecnologías”.