El bautizado programa SURE, con el que Bruselas quiere financiar los esquemas nacionales como los ERTE españoles, es una de las tres redes de seguridad a corto plazo para combatir el impacto de la pandemia y está basado en una emisión de deuda por parte de la Comisión Europea para alcanzar una potencia de fuego de 100.000 millones de euros.
Sin embargo, antes de que pueda empezar a funcionar los socios comunitarios tienen que presentar garantías públicas por valor de 25.000 millones de euros, un procedimiento que podría retrasar su inicio.
"Creemos que todavía es factible", ha expresado, no obstante, el portavoz principal de la Comisión Europea, Eric Mamer, este jueves en una rueda de prensa. Bruselas considera además que las negociaciones entre los países sobre esta herramienta "están en marcha" y "progresan muy bien".
Sin embargo, el fondo de desempleo no será objeto de debate en la reunión de ministros de Finanzas de la zona euro (Eurogrupo) de este viernes y fuentes comunitarias ponen en duda que se cumpla la fecha fijada.
En algunos países, explican las mismas fuentes, la decisión de avalar este fondo tiene que pasar por los parlamentos nacionales y eso hace que sea "probable" que no se hayan reunido todas las garantías necesarias antes de que acabe este mes.
"Todos los países están haciendo lo que pueden para superar la maquinaria lo antes posible", ha explicado un funcionario del Eurogrupo, que matiza en cualquier caso que un eventual retraso no tendrá su origen en "falta de voluntad" de las capitales sino en "obstáculos objetivos".