La velocidad y la incertidumbre de los cambios regulatorios está generando una presión sin precedentes en las compañías europeas de todos los sectores que, con frecuencia, se ven obligadas a gestionar la integración al mismo tiempo de nuevas regulaciones y carecen de tiempo para planificar de una forma ordenada su implementación.
Enric Doménech, socio responsable en el área de Risk Advisory Services de BDO en España, ha señalado: "Algunas regulaciones, como las relacionadas con la Sostenibilidad o Inteligencia Artificial, suponen un reto para el tejido empresarial, ya que han traído consigo grandes cambios a todos los sectores que se han visto obligados a adaptarse rápidamente”.
Adicionalmente, la incertidumbre política está dificultando la planificación de las compañías a largo plazo, ya que los cambios de gobierno pueden traer consigo nuevas regulaciones o incluso archivar las vigentes.
Este clima de incertidumbre está obligando a muchos líderes empresariales europeos a adoptar una mentalidad de riesgo más reactiva, lo que ha disminuido significativamente su predisposición a afrontar los riesgos como una mentalidad positiva y como posibles oportunidades competitivas: de un 18 % en 2023 a un 8 % este año. Respecto a la gestión proactiva de dichos riesgos, también se ha visto reducida a un 58 % frente al 70 % del informe del pasado año, según datos de BDO.
Esta situación puede llevar a las compañías a perder oportunidades de crecimiento a medida que las condiciones mejoren. Es por eso, por lo que resulta esencial adoptar un enfoque proactivo y dinámico en la gestión del riesgo, buscando oportunidades y ventajas competitivas que permitan a las compañías prosperar en tiempos disruptivos.