Google ha comenzado a cobrar a las agencias gubernamentales de Estados Unidos que le piden acceso a los datos de sus usuarios como parte de investigaciones policiales, con unas tasas que oscilan entre los 45 y 245 dólares (entre 40 y 223 euros al cambio) en función de la solicitud.
Anteriormente, estos procesos se llevaban a cabo de manera gratuita, pero debido al número creciente de solicitudes gubernamentales, según ha publicado el diario The New York Times, Google ha comenzado a responder con una hoja de tarifas, que puede cobrar según la legislación de Estados Unidos.
Esta medida está en vigor desde el 13 de enero, según consta en el documento, en el que Google explica se reserva el derecho a cobrar precios distintos según el caso.
En las citaciones, para las que se proporciona información básica de un usuario, la compañía de Mountain View cobrará a las agencias de Estados Unidos 45 dólares por petición, mientras que por responder a una orden judicial se pedirán 150 dólares -en este caso Google proporciona un registro con información del usuario-.
La solicitud por la que se requiere más dinero son las órdenes de registro, por las que Google cobra 245 dólares -con información del usuario y el historial de su actividad-, mientras que otros trámites como las peticiones de escuchas policiales pasan a costar 60 dólares.
En un comunicado remitido a Europa Press, Google ha confirmado el cobro de las tasas en Estados Unidos, que ha definido como "un reembolso por sus gastos derivados del cumplimiento de órdenes de detención y citaciones". Según la compañía estas prácticas están amparadas por la Ley de Privacidad de Comunicaciones Electrónicas.
No obstante, la empresa estadounidense ha asegurado que renunciará a los reembolsos en determinadas situaciones como "en casos de seguridad infantil y emergencias que pongan en peligro la vida", concluye su portavoz.
Según el último informe de transparencia de datos de Google, en la primera mitad de 2019 la compañía estadounidense recibió más de 75.000 solicitudes gubernamentales para acceder a los datos de 165.000 cuentas en todo el mundo. De todas ellas, una de cada tres procedía de Estados Unidos.