
La investigación comenzó en diciembre de 2018. El motivo era la falta de transparencia de WhatsApp a la hora de informar a sus usuarios y no usuarios, sobre todo de los aspectos referidos al procesamiento de información entre WhatsApp y otras empresas y aplicaciones de Facebook.
Además de la sanción, el regulador irlandés ha remitido a WhatsApp una serie de instrucciones para que sus procesos sobre datos personales cumplan con la normativa europea.
En septiembre del año pasado, Facebook amenazó con dejar de dar servicio en Europa en caso de que la DPC obligara a la empresa a dejar de transferir datos desde la Unión Europea a Estados Unidos.