La declaración sobre fiscalidad ha sido firmada por un total de 130 países del mundo, que representan el 90% del producto interior bruto (PIB) a nivel mundial y entre los que se encuentran los otros 23 socios comunitarios.
Además de las cuatro grandes potencias del bloque (Alemania, Francia, Italia y España), el texto cuenta con el respaldo de Países Bajos, Luxemburgo y Malta, los otros tres Estados miembros que han sido señalados recientemente por la Comisión Europea por sus prácticas fiscales agresivas.
En un comunicado, el ministro de Finanzas de Irlanda, Paschal Donohoe, quien también preside las reuniones de ministros de Economía de la eurozona, conocidas como Eurogrupo, ha explicado que su país no ha firmado el acuerdo por incluir un tipo efectivo mínimo de al menos un 15%.
"No estaba en posición de unirme al consenso del acuerdo y específicamente al tipo fiscal mínimo efectivo de al menos un 15%. He expresado la reserva de Irlanda, pero sigo comprometido con el proceso y con el objetivo de encontrar un resultado que Irlanda pueda apoyar", ha explicado de cara a las negociaciones técnicas que se deben desarrollar hasta octubre para afinar los detalles del pacto.
A pesar de que estos cuatro países europeos no han firmado el acuerdo, el comisario de Economía, Paolo Gentiloni, ha celebrado que se trata de un "paso histórico" para conseguir que las empresas multinacionales paguen una parte "más justa" de impuestos".
"Confío en que el G20 respalde este acuerdo sin precedentes el próximo fin de semana en Venecia", ha apuntado el ex primer ministro italiano en un mensaje que ha compartido en la red social Twitter.
El acuerdo al que se ha llegado este jueves ataja los problemas derivados de la base imponible y el traslado de beneficios por parte de grandes empresas a jurisdicciones con una baja fiscalidad. Como ya se había acordado, el acuerdo global se centrará en dos pilares de actuación.
El primer pilar incluye a las multinacionales con ingresos globales superiores a los 20.000 millones de euros y una rentabilidad por encima del 10%, excluyendo las empresas extractivas (petroleras o mineras) y las de servicios financieros regulados.
El marco fiscal asignará los ingresos a las jurisdicciones donde se consuman los bienes o servicios vendidos. Posteriormente, los beneficios en exceso de ese 10% (hasta un 30 máximo) se asignarán a las jurisdicciones usando el reparto de ingresos con el objetivo de estar sujetos a impuestos.
El segundo pilar abarcará a las empresas que facturen 750 millones de euros o más a nivel global e incluye que el tipo mínimo de los Impuestos sobre Sociedades sea del 15% en todas las jurisdicciones adheridas al acuerdo.