Algunos grupos parlamentarios se han mostrado en contra del gravamen ya que consideran que el impuesto perjudicará la temporada baja y no mejorará la competitividad de la región. Asimismo, han pedido que el impuesto se comenzase a aplicar a partir del 1 de enero de 2017.
Uno de los asistentes al Pleno ha incidido en que han pasado 15 años desde que se aprobó la primera ecotasa y ha explicado que el impuesto "es una medida más para hacer del turismo una fuente de prosperidad compartida, que contribuya a la sostenibilidad del turismo, que es un turismo que tiene plenamente en cuenta las repercusiones actuales y futuras para satisfacer las necesidades de los visitantes y de la comunidad anfitriona".
Alguno de los partidos presentes ha reivindicado que el impuesto se cobre en puertos y aeropuertos y que los residentes no lo tengan que pagar, además, ha defendido también que se bonifique al 100% en estancias en temporada baja ante la "estacionalidad radical" que sufre Formentera y para que no se "afecte negativamente a las llegadas en invierno".