La orden, que entra en vigor este mismo martes, contempla también la excepción para aquellos alumnos que lo necesiten por circunstancias justificadas y debidamente acreditadas ante la dirección del centro por sus representantes legales, ha informado el Ejecutivo aragonés.
Hasta ahora, eran los propios centros quienes en el marco de su autonomía preveían en su Reglamento de Régimen Interno --elaborado por el equipo directivo y aprobado por el Consejo Escolar-- si estaba autorizado el uso o no, en qué espacios y en qué momentos.
Las nuevas instrucciones, que se han enviado a primera hora de este martes a los centros, servirán así de paraguas a todos los colegios e institutos y darán respaldo a los mismos reforzando a los equipos directivos, ya que incluyen medidas correctoras como la posible retirada de los aparatos móviles.
Esta retirada tendrá que hacerse una vez apagado el dispositivo y en presencia de, al menos, dos miembros del equipo directivo. El aparato se mantendrá en custodia hasta que sea devuelto a los representantes legales del alumnado afectado.
La Orden prevé que los centros recojan esta limitación de uso en sus proyectos educativos y que puedan contextualizar estas instrucciones a su entorno y circunstancias para finalmente ser incluidas en las normas de convivencia recogidas en el Reglamento de Régimen Interior.
De forma específica, contempla que los centros de Formación Profesional de Grado Superior, Régimen Especial o de Adultos podrán adaptarlas en relación al uso de móviles en los momentos de descanso durante la jornada --cambios de clase, recreo--.
Consenso con la comunidad educativa
La consejera, Claudia Pérez Forniés, ha explicado que estas instrucciones "marcan el camino" para el debate más sosegado que se quiere llevar adelante en el seno del Consejo Escolar de Aragón con toda la comunidad educativa para alcanzar el mayor consenso posible de cara a una normativa que regule más exhaustivamente esta cuestión.
Esta primera actuación responde a la preocupación social y educativa por el mal uso de los móviles, cada vez a edades más tempranas, y al incremento observado en distintos centros docentes de conductas contrarias a la convivencia en las que ha tenido gran relevancia el uso inadecuado de los dispositivos por parte del alumnado, así como problemas de concentración, socialización y bajo rendimiento escolar.
En este sentido, y aunque el abuso de la tecnología es un problema que excede las aulas, la consejera se ha mostrado partidaria, además de crear espacios libres de móviles, de "educar desde la escuela para avanzar hacia un uso responsable".
Para ello, el Departamento ofertará programas formativos específicos dirigidos a los docentes y equipos directivos y diseñará jornadas orientadas a las familias sobre uso seguro y responsable de internet, dispositivos móviles y redes sociales.
"Estamos convencidos de que esta nueva regulación ayudará a mejorar la convivencia en los centros, contribuirá a una mayor atención del alumnado e impulsará las relaciones interpersonales durante la jornada escolar", ha concluido la responsable de Educación.