El Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM) ha realizado, en colaboración con la empresa de análisis GAD3, el "I Estudio sobre la situación de la abogacía madrileña", cuyos resultados ofrecen una visión detallada de la vida profesional de los cerca de 75.000 abogados que forman parte del mayor colegio profesional de Europa. En el estudio se aborda temas como el perfil sociolaboral de los abogados, sus condiciones de trabajo, el nivel de ingresos, los desafíos de la conciliación laboral y personal, y el uso de la tecnología en la práctica legal, entre otros.
En opinión de Eugenio Ribón, Decano del ICAM “esta iniciativa nace de la necesidad de obtener una visión clara y actualizada de cómo nuestros abogados y abogadas enfrentan los desafíos y oportunidades en su práctica profesional. Este estudio es crucial, ya que nos permite identificar y entender la amplia gama de prácticas y experiencias dentro de la abogacía madrileña".
Situación laboral
El estudio del ICAM y GAD3 refleja que, dentro de la gran variedad que existe en la profesión, existe un denominador común: la mayoría de los colegiados en el ICAM ejercen la abogacía en un despacho (el 65%), mientras 2 de cada 10 (19%) son abogados de empresa, un 8% trabaja en la función pública y el 4 % se dedica a la docencia o a la investigación.
En este reparto se observan diferencias significativas entre los colegiados ejercientes y no ejercientes. Así, casi la totalidad de los ejercientes (el 84%) desarrolla su profesión en un despacho. En cambio, en los no ejercientes este porcentaje baja hasta el 36%, otro tercio de estos es abogado de empresa (31%) y uno de cada seis trabaja en un organismo público (16%). El pluriempleo está presente en la profesión, con un 6% trabajando en más de una posición al mismo tiempo.
El informe se puede descargar en este enlace.
En lo que se refiere a las dimensiones de los despachos, una significativa proporción de abogados ejercientes, el 73%, trabaja en despachos pequeños (38%) o unipersonales (35%), en particular los abogados mayores de 45 años. Atendiendo a la edad, los jóvenes menores de 35 años tienden a trabajar en mayor medida en despachos más grandes (19%).
En la abogacía de oficio, a la que están inscritos un 7% de los colegiados, priman los despachos pequeños (entre 2 y 10 personas) y, sobre todo, unipersonales:
En cuanto al régimen laboral, más de la mitad de los abogados/as madrileños (el 52%) trabajan como autónomos. Entre los ejercientes, esta cifra crece hasta el 68%, mientras que en los no ejercientes se invierte la tendencia: siete de cada diez trabajan como empleado por cuenta ajena (72%). Por su parte, los abogados juniors, especialmente los menores de 35 años, tienden a inclinarse hacia el empleo asalariado, lo que sugiere un cambio en la tendencia laboral.
¿Cómo de rentable económicamente es la abogacía?
La abogacía madrileña se situaría en la parte alta de la tabla de las profesiones, de media, mejor remuneradas. Los abogados madrileños, en promedio, ganan unos 45.700 euros brutos anuales, con un 52% superando los 40.000 euros anuales. Las diferencias en el nivel de ingresos no varían solo según la ubicación, también hay variaciones en función de cómo y en qué destino profesional se ejerce la abogacía. Los colegiados de empresa son quienes más ganan de media (53.000 euros brutos anuales), seguidos por aquellos que trabajan en un organismo público (46.000 euros brutos anuales) y, en tercera posición, los que trabajan en despachos (43.600 euros/año).
También perciben ingresos superiores de media los no ejercientes (50.600 euros/año) respecto a los ejercientes (42.400 euros/año); y los asalariados cobran de media más (48.400 euros/año) que los autónomos (43.900 euros/año). Al final del ranking de ingresos se encuentran aquellos que se definen como ‘falsos autónomos’, que cuentan con 36.295 euros brutos al año de media.
Respecto a franjas de edad, entre los ejercientes los mayores ingresos se encuentran en la franja de 45-55 años, seguida de los mayores de 65 años.
Especializaciones y práctica
Sobre las ramas del Derecho en las que los colegiados ejercientes practican la abogacía, hay que destacar que un 74% lo hace en más de un campo, con un predominio del Derecho Civil, al que se dedican un mayor porcentaje de colegiados (70%), seguido por el Derecho Procesal (41%), Laboral (39%), Penal (34%), de Familia (34%), Mercantil (33%) y Administrativo (32%).
Por debajo de un tercio se encuentran las siguientes especialidades: Fiscal o Tributario (13%), Derecho Internacional (5%) y Derecho Constitucional (4%).
En cuanto al género, las abogadas tienden a tener una presencia destacada en áreas como el Derecho de Familia y Laboral, mientras que los hombres se concentran más en el Derecho Procesal.
Perfil del abogado joven
Entre la abogacía joven (menores de 35 años), predomina la presencia de mujeres colegiadas que suponen el 56% de los entrevistados. Por norma general, el abogado joven, en la mitad de los casos (54%), es ejerciente y en siete de cada diez casos trabaja en un despacho (71%).
En el caso de las mujeres, hay mayor proporción de ejercientes (56%) y que trabajan como abogado de empresa (24%)
Siete de cada diez abogados jóvenes trabajan como asalariado (72%). Esta proporción es mayor entre las mujeres (75%) y entre los no ejercientes (84%).
Vulneración del derecho de defensa
Un 71% de los abogados encuestados afirma haber experimentado algún tipo de maltrato, descortesía o restricción en el ejercicio del derecho de defensa. Los casos más frecuentes se dan en las áreas de Derecho Constitucional, Penal y Procesal.
Al analizar la relación entre la vulneración del derecho de defensa y el género, se observa que las mujeres superan la media en términos de casos de este tipo. En cuanto a la edad, el grupo más afectado por este tipo de situaciones se encuentra entre los 36 y 45 años.
Los abogados presentes en despachos han sufrido en un mayor porcentaje maltrato por parte de los tribunales (un 75% de media), no habiendo diferencias apenas según la dimensión del despacho: de los de mayor tamaño a los unipersonales, más de 7 de cada 10 profesionales denuncia haber pasado por algún tipo de estas situaciones. Sin embargo, la abogacía de empresa es quien menos han experimentado estas situaciones, descendiendo el porcentaje en este caso al 57%.
Digitalización y conciliación
Las herramientas digitales más extendidas son el correo electrónico, las herramientas de ofimática (Word, Excel, etc.) y la firma electrónica. Por otro lado, el software de análisis de datos y la inteligencia artificial son las herramientas con menos implantación entre los abogados colegiados en el ICAM.
Mientras los ejercientes utilizan en mayor medida tecnologías como la firma electrónica y las bases de datos jurídicas, los no ejercientes emplean más a menudo las herramientas de colaboración en línea, el software de análisis de datos y la IA en su trabajo. En líneas generales, los despachos grandes muestran niveles de digitalización más altos.
En lo que respecta a la conciliación un 52% de los abogados y abogadas del ICAM declara tener algún tipo de dificultad. Este porcentaje se incrementa al 58% en el caso de las mujeres y en los profesionales ejercientes. Por edad, a medida que esta aumenta los abogados declaran tener menos dificultades para conciliar. Respecto a las principales razones que dificultan la conciliación entre la vida personal y laboral, las personas encuestadas señalan la excesiva carga de trabajo, la duración de la jornada laboral y la dificultad para establecer límites y desconectar.