En el conjunto de la Unión Europea, un tipo mínimo del 25% acordado a nivel global en las discusiones de la OCDE supondría un aumento en la recaudación de casi 170.000 millones, un 52% más que lo previsto para este año, lo que permitiría elevar la factura recaudad por los Estados miembros hasta los 510.000 millones.
"Para generar nuevos ingresos de una forma justa y sostenible, un tipo mínimo del 25% es un instrumento poderoso y además realista", subraya en el documento el Observatorio Fiscal Europeo, lanzado precisamente este martes y liderado por el economista francés Gabriel Zucman.
Los cálculos del informe están basados, no obstante, en la hipótesis de que se llegue a un acuerdo internacional en las discusiones actuales en la OCDE y que cada país grave la actividad de las multinacionales "para asegurar que pagan el menos el 25% en cada territorio en el que operan".
El documento recoge además un escenario alternativo basado en un acuerdo "incompleto" a nivel global. En este caso, solo los países de la UE aplicarían un tipo mínimo del 25% a las multinacionales y la recaudación crecería en 200.000 millones, de los cuales 170.000 millones procedería de empresas con presencia en el bloque y 30.000 millones de gravar una parte del "déficit fiscal" de formas no europeas.
En la rueda de prensa en la que ha sido presentado el Observatorio Fiscal Europeo, Zucman ha asegurado que establecer un tipo mínimo internacional del 15%, como ha propuesto Estados Unidos, no es suficiente. Aun así, el economista francés lo vería como un paso "muy importante" porque abriría la puerta a subidas en el futuro.
A su juicio, un 15% es "demasiado bajo" porque "el problema principal de la globalización actual es que sus ganadores, las multinacionales y los accionistas, han pagado cada vez menos impuestos, mientras que otros grupos que no se han beneficiado tanto han pagado más".
El también profesor de la Universidad de Berkeley (California) ha recordado que el consenso económico antes de la década de los 80 situaba el tipo del impuesto de sociedades en niveles mucho más altos que el actual e incluso alcanzaba el 50% en la UE.
Por eso, ha defendido que un 15% no sería "suficiente" para "restaurar el equilibrio" y hacer que "los principales ganadores de la globalización paguen sus impuestos", que es "la única forma de conseguir" ésta sea "realmente sostenible económica y políticamente".