Gestha ha enmarcado esta propuesta en el compromiso del Gobierno de sustituir las actuales bonificaciones en el IRPF alegando que no se incentiva la entrada de la mujer en el mercado laboral. Asimismo, los técnicos han señalado que los 1.035 millones corresponden al "exceso de regresividad" que tienen las reducciones vigentes en las rentas por encima de los 18.732 euros.
De este modo, los técnicos adelantan que se podría recuperar el sistema vigente entre 1999 y 2006, cuando el incentivo fiscal consistía en incrementos del mínimo personal según el tipo de unidad familiar y de las características de sus miembros. En su opinión, esta solución trataría a todas las unidades familiares por igual, con independencia de su nivel de ingresos, de la misma forma que hoy ocurre con los hijos o las situaciones de discapacidad.
Gestha estima que en 2020 podrían presentarse 3,37 millones de declaraciones conjuntas, es decir, el 16,5% de los 20,83 millones que se esperan en esta campaña, y que el importe de la reducción por tributación conjunta habrá disminuido un 8,6% durante el bienio 2019-2020 como consecuencia de la paulatina inclusión de la mujer en el trabajo.
Los técnicos apuntan que la serie histórica demuestra un continuado retroceso del coste de este beneficio, alterado entre 2011 y 2013 por la recuperación de la crisis financiera, hasta que en 2017 el coste de la tributación conjunta alcanzó los 2.156 millones de euros, con un 9,7% de beneficiarios.
No obstante, Gestha asegura que estas familias no se verían afectadas de la misma manera con el cambio.
Los técnicos explican que los declarantes cuya renta sea tal que el tipo efectivo es cero o negativo no se beneficiarían de la reducción. En cambio, añaden que la mitad de los declarantes con mayor renta serían los más perjudicados porque acumulan el 85% del coste recaudatorio total, que en el caso del 10% de mayor renta neta acumulan el 21,5% del coste. Y que cuanto mayor sea el tipo marginal del contribuyente, mayor sería esta reducción.
En este sentido, los técnicos aclaran que la tributación conjunta supone un ahorro fiscal para todos los hogares en los que el segundo perceptor no aporta ingresos o aporta hasta un máximo del 10% de los ingresos totales. Y que conforme el segundo perceptor tiene mayores ingresos, interesa más la tributación individual que la conjunta.
Con respecto a los beneficiarios según la edad, Gestha detalla que estos se concentraron en 2020 entre los contribuyentes que obtienen la mayor renta en cada hogar, es decir, los que oscilan entre los 48 y los 57 años.
Según el secretario general de Gestha, José María Mollinedo, "este beneficio fiscal no incentiva la participación laboral de los segundos perceptores de renta (principalmente mujeres con salarios bajos), lo que acentúa los problemas de las dos brechas de género en España, donde las mujeres aún cobran 5.000 euros menos que los hombres, y la participación de la mujer en el trabajo es cerca de 10 puntos porcentuales menor que la tasa de empleo masculina".