Los 17 jurantes y promitentes han recorrido el pasillo del Salón de Actos de la sede colegial de Santa Ana, respaldados por sus respectivos padrinos y rodeados de familiares y amigos, para formular su compromiso con la profesión y con el Colegio de Abogados de Granada ante los miembros de la Junta de Gobierno y los decanos eméritos Eduardo Torres y Rafael López Cantal. Acceden a una institución con cerca de 500 años de historia que la convierten en el tercer colegio de abogados más antiguo de España.
“Acabáis de formular juramento o promesa de forma solemne, lo que os permite ejercer vuestra profesión y, desde este momento, entrar a formar parte del colectivo de la abogacía”, ha destacado el decano, Leandro Cabrera, durante sus palabras de bienvenida a esta nueva promoción de colegiados. Un ingreso que, no obstante, no está exento de responsabilidades. “Tenemos la obligación de acrecentar el ingente acervo jurídico, social y cultural que este Colegio acumula. No podemos defraudar a quienes nos han precedido en una más que centenaria historia que nos honra, pero también nos obliga”, ha recordado el máximo representante de la Abogacía granadina.
Por eso, Cabrera ha traslado a los nuevos letrados la importancia de que sigan su vocación, pues es el motor interno que les garantizará el éxito; de que sean valientes y asuman retos y riesgos, evitando caer en el círculo de confort; de que trabajen con excelencia y comportamiento ético, ya que hay principios y valores que deberían ser insustituibles; que aprovechen las oportunidades que abren hoy día las nuevas tecnologías y el mundo digital; y que sigan formándose continuamente y participando en la vida colegial.
“No olvidéis que nuestra profesión es dura peor atrayente y atractiva; difícil, pero libre e independiente; de largo recorrido, pero apasionante”, ha concluido el decano, invitando a los asistentes a celebrar este día en el que una veintena de graduados en Derecho se han convertido en abogados en la que ya es su casa profesional.