Así lo refleja su último Observatorio Financiero, en el que los economistas también mantienen su previsión de déficit y deuda pública para este año en horquillas que van del 12% al 15% del PIB en el primer caso, y de entre el 120% y el 125% en el segundo.
El CGE subraya que la moderada reactivación económica iniciada tras la finalización del estado de alarma "no está siendo suficiente" para compensar las pérdidas que sufrieron sectores como el turismo, el ocio, la cultura y el comercio durante el confinamiento.
"La recuperación esperada a partir del tercer trimestre se está viendo amenazada por los rebrotes de la pandemia, que están surgiendo en todo el país, y que podrían acelerarse en septiembre con el comienzo del curso escolar y con la falta de medidas homogéneas en las distintas comunidades autónomas", advierten.
A ello se suma que los ERTE ligados a la pandemia finalizan su vigencia el próximo 30 de septiembre, a falta de que logre pactar una prórroga, por lo que si no se extienden, la tasa de paro subirá más de lo previsto.
Así, el CGE recomienda prorrogar más allá de finales de año algunas de las medidas adoptadas por el Gobierno para paliar los efectos de la pandemia sobre la economía, entre ellas los ERTE, y recuerda que Alemania ya ha decidido extenderlos hasta finales de 2021.
Nuevos presupuestos
Al mismo tiempo, los economistas piden unos nuevos Presupuestos, consensuados con la mayoría de los partidos políticos, que se amolden a la situación actual, pues los vigentes datan de 2018 y la situación actual es "radicalmente distinta".
"La importante reducción de ingresos (se estima que la recaudación del IVA ha descendido el 50% en el segundo trimestre) y un aumento considerable del gasto, fundamentalmente para sufragar el gasto sanitario producido por la pandemia, así como el generado por las medidas adoptadas para paliar los efectos económicos en determinados colectivos, hace que sea indispensable y urgente la aprobación de unos nuevos presupuestos adaptados a esta situación", defienden.
El CGE cree que las cuentas públicas de 2021 deberían incorporar el destino de las ayudas europeas, asignándose a proyectos concretos, para lo que ve fundamental contar con la colaboración del sector privado, así como establecer medidas para favorecer los sectores de I+D+i que potencien la productividad y la formación, sobre todo en nuevas tecnologías.
En este sentido, los economistas consideran que sería un buen momento para abordar la redimensión de la estructura funcionarial del Estado para adaptarla a los nuevos retos de la digitalización y del medio ambiente.
También abogan por establecer, al menos a corto plazo y mientras se estabiliza la situación, incentivos a la contratación laboral, con flexibilidad con respecto a la misma, e incentivos fiscales a las empresas, así como por establecer medidas para impulsar la inversión, ya sea extranjera o nacional, "actualmente casi nula".