El incremento de la longevidad y el aumento de las patologías crónicas supone una mayor demanda de servicios asistenciales, lo que implica una mayor necesidad de recursos tanto estructurales y materiales como humanos. En este sentido, las nuevas Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) juegan un papel muy importante en las organizaciones sanitarias "mejorando la calidad asistencial y cambiando el concepto de equidad y accesibilidad, al salvar las barreras tanto geográficas como políticas, económicas y administrativas.
Asimismo, las TIC ayudan a mejorar la continuidad del proceso asistencial en base a la eficiencia, eficacia y efectividad, reduciendo costes, evitando duplicidad de pruebas, agilizando procesos y posibilitando el desarrollo de la medicina personalizada". Así lo han manifestado los expertos durante el taller de trabajo de la Fundación Mapfre "Nuevos enfoques y tecnologías en seguridad del paciente", que ha tenido lugar en el marco del XX Congreso Nacional de Derecho Sanitario celebrado en Madrid.
En esta mesa, moderada por la doctora Carmen Hernando Larramendi, representante de la Fundación Mapfre, también participaron el doctor Jesús Aranaz, jefe del servicio de Medicina Preventiva y Calidad Asistencial del Hospital Universitario San Juan de Alicante; Antonio Troncoso, ex director de la Agencia de Protección de Datos de la Comunidad de Madrid; Alberto Pardo, subdirector de calidad del Servicio Madrileño de Salud y el doctor Javier Cabo, presidente de la sociedad internacional de cirujanos cardiovasculares, miembro de la European Society of Telemedicine y vocal asesor del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.
Además de mejorar la calidad asistencial de los pacientes la e-health (telemedicina) y la m-health (salud móvil) van a jugar un papel muy importante en la seguridad del paciente, ya que van a suponer un ahorro en el consumo de recursos sanitarios mejorando la accesibilidad, agilizando procesos, evitando morbilidades asociadas a tratamientos no adecuados y posibilitando el desarrollo de la medicina personalizada. El doctor Javier Cabo, vocal asesor del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad ha señalado que "la telemedicina y la teleasistencia, tanto para los diagnósticos a distancia (telehealth: telecardiología, teleoftalmología, teledermatología) como para la monitorización remota de pacientes asistidos (tablets, smartphones y PDAs), así como los avances en cirugía robótica han supuesto una mejora de la seguridad y calidad asistencial de los pacientes".
En este sentido, los beneficios para los pacientes son claros, debido a que pueden acceder de una forma más sencilla a los facultativos y además evitar viajes o gastos innecesarios cuando necesitan la opinión del especialista. Por otra parte, los profesionales socio-sanitarios pueden contar con segundas opiniones en la realización de los diagnósticos, mejorar la coordinación clínica y terapéutica, mientras que en el caso de la organización "se permite el suministro de asistencia sanitaria de calidad en zonas remotas del país y se puede conseguir que cada entorno asistencial (Atención Primaria y Atención Especializada) disponga de la información suficiente y tenga capacidad para intercambiar información" explica el doctor Cabo.
La seguridad del paciente es uno de los aspectos primordiales que debería tener en cuenta cualquier organización sanitaria. Según Alberto Pardo, subdirector de calidad del Servicio Madrileño de Salud "hace 20 años esto no ocurría. Sin embargo, hoy en día ya podemos hablar de un enfoque definido para la seguridad del paciente. De hecho, desarrollar la comparación, plantear múltiples actuaciones para un mismo problema o liderar desde el compromiso y el ejemplo son algunas de las estrategias que pueden enfocar la implantación de la seguridad del paciente".
Hacia un nuevo marco normativo
Durante la reunión se abordó la necesidad de contar con un nuevo marco normativo para la protección de datos de los pacientes. En esta línea, Antonio Troncoso, ex director de la Agencia de Protección de Datos de la Comunidad de Madrid aseguró que "la actual directiva de 1995, aunque es tecnológicamente neutral, no fue capaz de regular los nuevos tratamientos de datos personales que se han producido en los grandes avances de la historia de la informática caracterizados por la rapidez de Internet, los eficaces motores de búsqueda y la aparición y universalización de las redes sociales virtuales".
Por ese motivo, la Comisión Europea ha presentado al Consejo y al Parlamento una propuesta de Reglamento de protección de datos que, de ser aprobada, derogaría la Directiva actualmente en vigor y desplazaría la legislación de los Estados miembros. En este sentido, el objetivo del reglamento es fortalecer la protección de datos personales en Europa, elevando las obligaciones de aquellos países que presentan un menor nivel de cumplimiento, pero que para España supondrá una mayor flexibilización sobre la actual LOPD. "Esto ocurriría si se aplica el criterio del interés legítimo del responsable para permitir los tratamientos, algo que ya estaba en la directiva del 95 pero que no había sido bien traspuesto a la normativa española, como recientemente ha recordado la corte de Luxemburgo" comenta Troncoso.
A modo de ejemplo, se ha explicado que este nuevo reglamento extiende la aplicación de la normativa europea a las compañías que a pesar de estar establecidas fuera de la Unión Europea traten datos de residentes de la Unión para ofrecerles bienes y servicios.