Este acuerdo es un paso significativo hacia el cumplimiento de "Objetivo 55", un conjunto de medidas para alcanzar los compromisos del Pacto Verde Europeo y el Plan REPowerEU. Esto refleja la firme intención de la UE de alcanzar la neutralidad climática para el año 2050.
Este pacto establece un objetivo de eficiencia energética para la UE del 11,7 % para 2030, superior al originalmente previsto en el “Objetivo 55” de la Comisión. Los Estados miembros de la UE tienen la obligación de reducir el consumo de energía primaria y final en relación con lo previsto para 2020.
Además, el acuerdo contiene la primera definición de la UE de la pobreza energética. Los Estados miembros ahora tienen la responsabilidad de aplicar medidas para mejorar la eficiencia energética, centrándose primero en aquellos que están afectados por la pobreza energética, incluyendo clientes vulnerables, hogares de bajos ingresos y aquellos que viven en viviendas sociales.