Esta medida busca promover una mayor equidad y estabilidad en el panorama tributario tanto a nivel europeo como global, adaptándose a la realidad de un mundo cada vez más globalizado y digitalizado.
Estas normas mínimas fueron acordadas por unanimidad en el año 2022 y formalizan la aplicación del llamado "Segundo Pilar" del acuerdo mundial de reforma fiscal internacional, aprobado en el año 2021.
Aunque cerca de 140 países y territorios se han adherido a estas normas, la UE ha sido la pionera en su implementación a nivel legal.
Al reducir los incentivos para que las empresas trasladen beneficios a territorios con bajos impuestos, el Segundo Pilar limita la llamada «competición a la baja», esto es, la batalla entre países para reducir sus tipos del impuesto sobre sociedades a fin de atraer inversiones. Esta medida ya está dando resultados, ya que varios territorios sin impuestos han anunciado la implementación de un impuesto sobre sociedades para empresas que operen en su territorio.
Estas normas se aplicarán a grupos multinacionales y nacionales con ingresos financieros combinados superiores a 750 millones de euros al año, incluyendo a cualquier gran grupo con una sociedad matriz o filial en un Estado miembro de la UE.
La Directiva establece un conjunto común de normas para calcular y recaudar un "impuesto complementario" en caso de que el impuesto efectivo sea inferior al 15% en un país determinado. Si una filial no cumple con el tipo mínimo en un país extranjero, el Estado miembro de la sociedad matriz también aplicará un impuesto complementario.
Además, la Directiva garantiza la imposición efectiva en casos en los que la sociedad matriz se encuentre fuera de la UE, en un país con bajos niveles impositivos y que no aplique normas similares.
