En un contexto donde hogares ha transformado la forma de realizar las compras y ha aumentado el uso del comercio electrónico en marketplaces, redes sociales, páginas webs y apps, contar con herramientas para detectar y combatir la lacra que suponen las falsificaciones en el sector de los productos infantiles es fundamental para revertir esa tendencia global. Esta fue una de las principales conclusiones en la que coincidieron Nuria Marcos, directora general PONS IP, y Ana Sánchez, directora técnica de AIJU, durante la bienvenida al encuentro digital, señalando que la seguridad de un producto en el ámbito del juguete es, además de un valor objetivo para las marcas, es un valor exigible para las autoridades y plataformas responsables de velar por la seguridad y salud de los productos que ofrecen a sus ciudadanos, especialmente para los más vulnerables”.
Compra de un juguete o juego de mesa falsificado sin saberlo
En esa línea, Mari Cruz Arenas, responsable de proyectos de Seguridad Infantil de AIJU, compartió algunas cifras relevantes en torno a las ventas online, las falsificaciones y sus implicaciones en la seguridad y salud de los productos infantiles. "La pandemia del coronavirus ha sido un catalizador acelerado de este fenómeno, con crecimientos del 30% durante el confinamiento y con un impacto notable en el sector del juguete como uno de los objetos de compra más relevante en el ámbito online. Marketplaces y autoridades deben contar con herramientas que hagan valer los derechos de PI para evitar riesgos en salud y en la confianza en el sistema”, señaló la responsable de AIJU. El mercado global de juguetes generó 81.300 millones de euros en 2018 y se prevé que alcance los 100.000 millones de euros en 2023. Sin embargo, la disponibilidad de juguetes falsificados online continúa amenazando la confianza del consumidor y la reputación de las marcas. Según los datos presentados durante el encuentro, hasta el 58% de la oferta ilegal llega ya a los consumidores por las redes sociales y el 38% por marketplaces.
"El sector de los productos infantiles es especialmente sensible al crecimiento exponencial de las falsificaciones en internet." comenta Mariano Galán, Chief Commercial & Customers Officer de Smart Protection. "Más allá de la decepción de un consumidor al recibir el producto e identificar que no es un producto original, está la amenaza de que ese juguete pueda suponer un riesgo para el menor. En ambos casos, provoca un daño reputacional para las marcas legítimas que es aún superior al de otros sectores orientados al uso por adultos."
Así, según los datos que revela el estudio llevado a cabo por Smart Protection, una mayoría de los encuestados españoles, hasta el 55%, reconocieron haber comprado online un juego de mesa o un juguete falsificado sin saberlo. En ese sentido, menos de la mitad de los encuestados, el 46,61%, están seguros de poder diferenciar un juego de mesa o juguete falsificado online del original, mientras que otro 48,67% no está seguro de poder hacerlo.
¿Cómo hacemos frente a las amenazas online sobre productos infantiles?
Karina Pernías, responsable del área de Seguridad Infantil de AIJU, expuso la normativa actual y futura así como actuaciones y retos en el ámbito de los productos dirigidos a personas vulnerables, también juguetes. Según apuntó Pernías, “los estudios nos dicen que el principal inductor de compra es la seguridad para productos infantiles hasta 4 años. Pongamos juntos la seguridad, tanto autoridades, como reguladores e industria, la seguridad en el centro de nuestras actuaciones para luchar eficazmente contra las falsificaciones y ofrecer la seguridad que los ciudadanos exigen en torno a su proceso de compra de productos dirigidos a nuestros menores”, reclamó finalmente la responsable de AIJU.
Por último, la directora de Marcas PONS IP, Carmen González señaló que con una previsión de crecimiento del comercio electrónico a nivel mundial superior al 40% hasta 2023, “hoy por hoy contar con herramientas de vigilancia off line y on line es imprescindible para proteger nuestros productos y/o servicios, pero ya no es suficiente: la clave de la protección global de las marcas está en contar además con una definición de la estrategia jurídica marcaria adecuada a nuestros mercados y nuestros usos.
Durante su intervención, la abogada de PONS IP recomendó acompasar la presencia online con la estrategia de marcas protegiendo los distintivos territorialmente donde tengamos presencia, tanto física como online, respecto a los productos y servicios que vayamos a ofertar y de acuerdo con el uso actual. Por último, recordó, la oportunidad de realizar auditorías periódicas de la cartera de marcas para optimizar tanto la protección como los recursos que destinamos a la protección de nuestros activos intangibles.