El tribunal Supremo ha corregido y rectificado el reciente criterio en relación con el impuesto de los actos jurídicos documentados manteniendo la doctrina jurisprudencial consolidada de los últimos 20 años.
A falta de que se publiquen las sentencias para poder hablar con propiedad, el hecho es que el Tribunal Supremo ha quedado desacreditado ante la opinión pública; y que la votación del pleno de la Sala Tercera haya sido ajustada evidencia la disparidad de criterios entre los magistrados.
Ya hemos observado cómo ha pasado con otros fenómenos relacionados con la banca como fueron las permutas financieras o las cláusulas suelo, que el Tribunal Supremo inicialmente ha fallado a favor de la Banca, siendo posteriormente corregido por el Tribunal de Justicia Europeo.
La mejor fórmula para zanjar la controversia que se ha creado y evitar el descrédito de las instituciones, es mejorar la legislación tributaria y modificar de forma inminente la ley hipotecaria conforme a la normativa europea garantizando los derechos de los consumidores.
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