Reyes Martel, magistrada y jueza de menores: “Las mochilas cargadas de menores que llegan a justicia juvenil no las han cargado ellos solos, mucho tienen que ver sus familias y entorno social”
En la XII Edición de los Premios Puñetas, ha sido reconocida en la categoría ‘Puñetas Periféricas’ por «su excelente labor al aplicar en sus sentencias la rehabilitación, inclusión y formación de jóvenes que han sido penados».
Entrevistamos a Reyes Martel Rodríguez, Magistrada y jueza titular del Juzgado de Menores número 1 de Las Palmas de Gran Canaria. Además, es fundadora del proyecto de integración social Up2U (Depende de ti). Esta es una iniciativa que busca facilitar la integración en la sociedad de menores en riesgo de exclusión.
Además de celebrar los juicios por los delitos cometidos por menores cuya edad se encuentre comprendida entre los 14 y hasta los 18 años, en el juzgado se adoptan medidas cautelares urgentes, que, en interés del menor solicita el Ministerio Fiscal. También, se trabaja en el seguimiento de la evolución del menor en el cumplimiento de las medidas judiciales resultantes de las Sentencias condenatorias impuestas a los chicos y chicas que cruzan la línea roja de la Ley. La justicia juvenil tiene el fin de reeducar, además de que, por supuesto, los jóvenes, empiecen a asumir las consecuencias de sus actos.
Sin embargo, el problema de las sentencias a menores no está en el hecho de dictarlas, sino en su ejecución.
No hay que olvidar nunca que la Ley tiene una naturaleza educativa, por lo que, junto al castigo, hay que crear los recursos necesarios para que la sentencia resolutoria sea mucho más productiva a todos los niveles.
Además, la intervención desde un juzgado de menores ha de ser rápida, ya que la tardanza en ese sentido supone un alto porcentaje de fracaso en los objetivos establecidos, pues los niños crecen muy rápido y los problemas se cronifican y complican.
Es imprescindible admitir que la Justicia, en general, si es lenta no es justa, por lo que se deben simplificar procedimientos, pero más en menores, y eliminar pasos burocráticos que lo único que hacen es ralentizar la intervención.
En general, la Justicia no está siempre en manos de los jueces; de hecho, ellos constituyen el último eslabón de la cadena.
Con respecto a las carencias, al juez, veces, no se le facilitan todas las pruebas necesarias, precisamente por los intereses creados. También ocurre que, en frecuentes ocasiones, el juez está en manos de otros profesionales que actúan de informantes. Este es el caso en la Justicia Juvenil de los profesionales de los equipos técnicos, y los técnicos de la Comunidad Autónoma competente, que se encargan del seguimiento del menor en la ejecución de su medida, y de proporcionar los medios para intentar reeducar a éste. Y ello, no siempre es fácil, porque se necesita transversalidad de actuación entre todos los agentes intervinientes de la justicia juvenil, y también de la sociedad, que no puede vivir de espaldas a sus jóvenes más vulnerables, pues ellos serán gran parte de los adultos que guíen nuestro futuro. Se debe apostar siempre por la reinserción social.
En cuanto a las diferencias existentes entre los niños que comenzaban a internarse, ya a edades temprana en el mundo digital de hace más de una década y ahora, debo señalar como dato destacable que el 98% de los niños y niñas de entre 10 y 15 años utilizan Internet de manera habitual y que esta práctica se ha incrementado desde 2016 (no llegaba al 93%); en 2020, 2021 y 2022 ha aumentado tres puntos porcentuales.
Los adultos responsables (padre y madre), encargados de guiarlos y tutelarlos somos analógicos, nos viene muy grande este mundo.
Hoy en día, la gran mayoría de menores tienen presencia y son activos en el entorno digital, un espacio en el que pueden ser víctimas y también cometer diferentes delitos. La falsa sensación de anonimato que ofrece Internet puede provocar que los menores cometan delitos sin ser conscientes de ello. Los niños y adolescentes que se introducen en el mundo de las redes sociales y las aplicaciones móviles son cada vez más jóvenes, por lo que cada vez hay más menores expuestos a este tipo de delitos.
Por otro lado, la posibilidad de crear un perfil anónimo también resulta muy llamativa por la aparente protección que ofrece, como si nadie pudiera llegar a descubrir nuestros actos. Delitos como el ciberbullying (acoso por Internet) o el catfishing (usurpación de la identidad) son algunos de los ataques que los menores cometen con más frecuencia.
Antes de la era digital el hogar representaba la paz, el cese momentáneo, al menos, del acoso. Hoy día tu hijo puede estar cometiendo delitos desde tu casa y en tus narices y también estar siendo víctima de ellos
Los jueces y juezas de menores tenemos entre nuestras competencias más importantes, precisamente, hacer el seguimiento de los menores cuyas medidas judiciales se han impuesto en sentencia. Son muchos los casos que podría contar, porque día a día, en positivo y negativo, voy siguiendo la evolución de muchos jóvenes, e intentando con los equipos técnicos y entidades colaboradoras poder encontrar las herramientas más adecuadas, y ese click que haga que ese chico/a comience a moverse y avanzar en la dirección correcta.
Wynna Zady es una menor nacida en las Palmas de Gran Canaria a quien daban pavor los juzgados y yo, la Juez de menores que la condenó en 25 ocasiones y que ordené su encierro en el castillo acorazado de Valle Tabares, un centro de internamiento para menores con medidas judiciales de Tenerife.
Con los años el cuento ha cambiado mucho. Zady, terminó hace dos años su carrera de Derecho, aspira a pisar los juzgados para ayudar a los menores que están pasando situaciones como las que ella vivió y finalmente, me convertí, en su mentora en las prácticas de fin de grado. Ella forma parte del 80% de los menores que reconducen su vida tras asomarse a los abismos de la exclusión social. Hay un chico que es ingeniero naval en El Ferrol y otro de Gran Canaria, con un proceso complicado, que hoy regenta un restaurante del norte de Tenerife, tiene pareja y un hijo. También, un campeón olímpico de boxeo, campeones de surf, policías, conductores de guagua (etcétera). Podría contar muchas y experiencias positivas. De hecho, hoy muchos de los voluntarios que colaboran en el camino son chicos y chicas que un día lo hicieron como beneficiarios. Voy yo misma siempre, además de los educadores. Hay un seguimiento posterior de cualquier actividad y hay una evaluación de la misma por los técnicos.
El proyecto surgió a medida que fui comprendiendo, desde mi trabajo en el Juzgado de menores que para conseguir que menores en situación de vulnerabilidad, tuviesen una oportunidad de reinserción, todos los que nos encontramos en el sistema de justicia juvenil debemos de trabajar en red, consiguiendo los mejores recursos y herramientas para elaborar, como dice la Ley de Responsabilidad del Menor 5/2000, un Programa de intervención individualizado que realmente funcione para lograr su reeducación y reinserción. Pero además entendí que, para lograrlo, necesitamos también del resto de la sociedad en la que debería reintegrarse de manera inclusiva y natural (asociaciones, fundaciones, RSC de empresas, clubes deportivos, etcétera)
En UP2U Project, nuestra misión fundamental es la promoción social y personal de los jóvenes/menores en situación de vulnerabilidad social o riesgo de padecerla, estamos convencidos de que sólo a través de la inclusión de este colectivo se podrá promover el desarrollo justo de la sociedad. Queremos ser una organización reconocida por el impacto de nuestras actuaciones en el bienestar y el desarrollo de los jóvenes/menores con los que trabajamos, así como por nuestra integridad y profesionalidad en el modo de actuar.
Nuestros valores son Solidaridad, Compromiso, Excelencia, Participación, Transparencia y Unidad.
El Camino de Santiago, que en el desarrollo de nuestra actividad hemos denominado Camino de Los Valores es una actividad solidaria promovida por la Asociación #UP2U Project que presido, pero no la única, si bucean un poco por nuestras redes sociales. Esta consiste en la realización del Camino de Santiago de Gran Canaria y parte del Camino de Santiago en Galicia y hasta Santiago de Compostela
Durante el transcurso de la actividad se van desarrollando diferentes actividades sociales, culturales, físico-deportivas y ambientales para promover la inclusión social de los participantes, que en su mayoría son jóvenes en situación de vulnerabilidad social, y el Camino, según los técnicos que realizan el seguimiento de los chicos que han participado es una terapia super intensiva que ayuda a la promoción de esos valores fundamentales para la vida que muchos chicos y chicas han perdido, o que, por cualquier cusa nunca han aprendido. En cuanto a si ha sido o no bien aceptada por mi entorno profesional, es algo en lo que prefiero no detenerme. Realmente lo que me importa es esta actividad sirva realmente a muchos jóvenes para volver a tomar el Camino adecuado en sus vidas, y créame, muchos, cada año, lo logran.
La ejecución de las medidas es competencia de las Comunidades Autónomas en toda España , me refiero a la competencia administrativa, conforme dispone el articulo Artículo 45 de la Ley 5/2000, que establece que “ La ejecución de las medidas adoptadas por los Jueces de Menores en sus sentencias firmes es competencia de las Comunidades Autónomas y de las Ciudades de Ceuta y Melilla”, por tanto, éstas han de elaborar el Programa de Intervención educativa de la medida impuesta al menor con las pautas que en su Sentencia ha indicado el/la Juez de menores , conforme a lo informado por el Equipo Técnico.
Por tanto, esta actividad, pude incluirse en la misma Sentencia, si es de conformidad, como contenido de la medida. Por otro lado, conforme al artículo 44 de la mencionada Ley el/la Juez de Menores el competente para el control de la ejecución, y dentro de la misma, si se propone esta actividad, y es en interés del menor, se puede incluir en su Plan de intervención.
En cuanto al recibimiento Institucional de la iniciativa, ha sido distinto en cada caso, pero a medida que año tras año se ha conocido mejor la actividad y sus resultados, se ha ido acogiendo con mayor simpatía. “Se hace camino al andar”
Mi recomendación es la educación en valores de los hijos, y pasar el mayor tiempo que podamos con ellos. Pero esto lo saben mejor los técnicos que yo. Las mochilas cargadas de estos menores que llegan a justicia juvenil no las han cargado ellos solos, mucho tienen que ver sus familias y entorno social.
Hay oleadas cíclicas siempre, pero ahora estamos en un momento ascendente realmente preocupante. En mi opinión, se debe al descontrolado mal uso de internet y redes sociales y la crisis de valores existente.
EDUCACION, EDUCACION Y EDUCACION