Así figura en el observatorio financiero elaborado por los economistas y correspondiente al mes de octubre, en el que ha vuelto a rebajar sus previsiones en una décima, hasta el 1,8%, tras haberla bajado ya tres décimas el mes anterior.
Los economistas explican que la rebaja se debe a que no se espera un crecimiento superior al 0,4% en el último trimestre, y que incluso éste podría ser del 0,3%, siendo la desaceleración "mucho más brusca de lo que se pensaba". Para el próximo año calcula un avance del PIB del 1,6%, dos décimas menos que el Gobierno.
De hecho, advierten de que dicha desaceleración está frenando la creación de empleo y la caída del paro, ya que las cifras del tercer trimestre se sitúan la tasa de paro en la menor de los últimos 10 años y la creación de empleo en la menor de los últimos cinco ejercicios.
Por consiguiente, el CGE ha ajustado su previsión de la tasa de paro al 13,9% para el conjunto del ejercicio actual, y estima una escasa reducción de cara al próximo ejercicio, al prever una tasa del 13,25%, apenas seis décimas menos. En este sentido, recuerdan que para crear empleo hay que crecer, al menos, por encima del crecimiento potencial, que puede oscilar entre el 1,5% y el 1,6%.
El ahorro afecta al consumo
Las previsiones de los economistas auguran un avance del consumo del 1,2% en 2019 y del 1% en 2020, mientras que creen que el repunte de las exportaciones se intensificará desde el 3% de este año al 4% el próximo.
Por otra parte, el CGE señala que la caída de los préstamos no tiene otro significado que el del enfriamiento de la demanda, a pesar de que los bancos mantienen la oferta del crédito. De hecho, el índice de confianza del consumidor ha pasado del 102,3 en junio al 80,7 en septiembre, una bajada de 21,6 puntos.
Además, sostienen que la subida del ahorro está afectando al consumo, al tratarse del ahorro de prevención que, si bien tiene un efecto reductor de la demanda agregada sobre la actividad económica y el empleo, también lo tiene sobre las importaciones, algo que no es del todo negativo al no afectar a la producción nacional.
La ralentización del consumo del comercio exterior y demanda interna están moderando la evolución del IPC, que estima que al final del año no superará el 0,9% y que prácticamente se duplicará el próximo año, hasta el 1,8%.
Asimismo, el observatorio calcula que la tasa de ahorro al final del ejercicio se moverá en una cifra del 6% y se mantendrá en esta cifra para el año que viene. En paralelo, los economistas indican que la vivienda y los alquileres, con "síntomas de recalentamiento especialmente en las grandes ciudades", parecen haber "tocado techo".
Temor sobre el turismo y frenazo de la zona euro
Desde el CGE también hacen hincapié en que el problema de las pensiones que es inaplazable, así como el de la financiación de las autonomías, que "sigue sin resolverse e impiden el control del déficit en la parte que les corresponde".
En cuanto al turismo, teme que la tendencia de crecimiento de estos últimos años no tenga continuidad, por la recuperación de los destinos alternativos del mediterráneo, por el cambio climático con la llegada de veranos calurosos en Europa y por las consecuencias imprevisibles del Brexit. "Todo esto puede afectar también al turismo residencial, que tanto compensa la estacionalidad de nuestro turismo tradicional", avisa el CGE.
De igual forma, advierte de que "los vientos de fuera no ayudan", intensificándose el frenazo de la zona euro, de forma que la desaceleración de dos décimas que sufrió en el segundo trimestre podría ir a peor en el tercero y cuarto, a lo que se suma que Alemania "bordea la recesión".