La reforma del Código Civil de 2021, que introdujo la suspensión del régimen de visitas a los progenitores con un procedimiento abierto por malos tratos, no ha supuesto sin embargo un cambio drástico en el número de denuncias desde su entrada en vigor.
Desde el ICAVA atribuyen el crecimiento del número de casos a que la especialización de los letrados que atienden a las víctimas crea un entorno seguro para ellas a la hora de denunciar. “De hecho, según la estadística del Ministerio Fiscal, sólo un 0,01% de las denuncias de violencia de género terminan con una condena como denuncia falsa, lo que pone de manifiesto que se trata de un problema real para las mujeres”, asegura el responsable del Turno de Oficio del ICAVA, Fernando Rosat, quien añade: “Ahora se atreven a denunciar porque el Estado, la abogacía y la sociedad ha desarrollado instrumentos de apoyo a las víctimas”.
La necesidad de una atención específica en materia de violencia de género llevó al ICAVA a impulsar en el año 2000 un turno de oficio especializado en este ámbito, de manera pionera en España. Por su parte, el Consejo de la Abogacía de Castilla y León (CACYL), complementa este servicio con formación específica para los letrados adheridos a este turno, tanto forma legal como con conocimientos de psicología y en materia de trabajo social que permiten ofrecer la mejor atención posible a las víctimas y al que es obligatorio asistir cada año para formar parte de este turno. “La violencia no cesa, hemos llegado a un punto en que, por ejemplo, en el Juzgado de lo Penal nº3 de Valladolid uno de cada tres delitos que se juzgan es de violencia de género”, aclara Rosat, quien lamenta que “los agresores son cada vez más jóvenes”.
Los expedientes tramitados han experimentado un crecimiento importante en la última década. Así, el número de asuntos ha pasado de 531 en el año 2014 __antes de este ejercicio, la estadística englobaba todos los casos de la jurisdicción Penal sin distinción__ a 726 en 2022, último año con datos completos. A cierre del primer semestre de 2023, ya se habían atendido en la primera mitad del año 466 nuevos expedientes, una cifra prácticamente idéntica a la registrada en el mismo periodo del año anterior. Únicamente en 2020, año marcado por el confinamiento, se registró un descenso significativo, aunque el número de expedientes anuales no ha bajado de los 500 en la última década.
Suspensión de visitas
En 2021, la Ley de Protección de la Infancia impulsó un cambio en el Código Civil que introducía la suspensión de las visitas a los hijos menores de aquellos padres procesados por violencia de género. Una modificación que, sin embargo, no ha traído consigo un aumento significativo del número de denuncias desde entonces, ya que el aumento en los últimos dos años es de apenas un 7% con respecto a los ejercicios anteriores a la pandemia. “Quien acude al turno de oficio a denunciar un caso de violencia machista es porque realmente lo necesita. De hecho, nos encontramos que las víctimas que acuden buscan causar el menor daño posible, lo único que quieren es que las dejen en paz”, señala María del Villar Arribas, presidenta de la Agrupación de Mujeres Abogadas de Valladolid (AMAV), desde la que llevan más de 30 años atendiendo a víctimas y que aseguran que “las cifras de muertes que estamos viendo nos dan una idea de la realidad que existe”.
Un turno pionero
La Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género de 2004 regula los turnos de oficio especializados en violencia de género en los colegios de abogados de España, aunque en Valladolid el servicio existía desde casi una década antes de manera pionera en el país. La AMAV creó en 1995 un turno especializado en agresiones sexuales que al principio únicamente contaba con medios propios, hasta que al año siguiente se formalizó en un convenio con la Diputación de Valladolid. En 1998 la atención se amplió también a casos de malos tratos y el servicio se fue ampliando gracias a sucesivos convenios con el Ayuntamiento de Valladolid, la Junta de Castilla y León y el Consejo General de la Abogacía Española.
La expresidenta de la AMAV Rosa Gil conoce la labor de este turno desde sus inicios y destaca la evolución que ha habido desde que se creó. “Cuando comenzamos a asistir a las víctimas no teníamos ningún amparo jurídico ni ninguna cobertura. Solamente podíamos ayudar a las mujeres en la denuncia, explicarles los pasos a seguir, pero no las podíamos representar en juicio”, relata Gil.