El Consejo de Ministros ha recibido un informe de la ministra de Sanidad, Política Social e Igualdad sobre la aplicación de la Ley de Promoción de la autonomía personal y atención a las personas en situación de dependencia, desde su desde su entrada en vigor el 1 de enero de 2007 hasta el 1 de enero de 2011. Para elaborar esta información se ha seleccionado a las personas que aparecen en el Sistema de Autonomía y Atención a la Dependencia con resolución del Programa Individual de Atención y, por tanto, son personas beneficiarias del Sistema.
Según los datos recogidos, cuatro de cada cinco personas reconocidas como grandes dependientes (valorados con Grado III) reciben ya las prestaciones del Sistema de Autonomía y Atención a la Dependencia a las que tienen derecho.
Además, según se desprende de estos datos hasta finales de 2010 la aportación económica del Estado a la implantación de la Ley de Dependencia ha sido de 5.390.510.668 euros.
Estas estadísticas sirven para realizar un perfil de la persona beneficiaria: mayor de ochenta años, mujer, residente en una localidad de más de cincuenta mil habitantes, valorada en situación de gran dependencia (con Grado III), perceptora de una pensión de viudedad de la Seguridad Social, con una renta media situada entre uno y dos IPREM, y titular de patrimonio inmobiliario, fundamentalmente vivienda habitual.
Los datos analizan la información recogida a lo largo de estos cuatro años, ofreciendo información sobre las personas beneficiarias desglosadas por sexo, tramo de edad, tamaño de la localidad de residencia, etcétera. Un amplio apartado se centra en los distintos tipos de prestaciones del Sistema y el tipo de beneficiarios de cada uno (servicios residenciales, cuidadores familiares...). Además, se ofrecen datos de la financiación aportada por la Administración General del Estado, así como del empleo generado gracias a la Ley.
Beneficiarios por edad, sexo e instrumento de valoración
Las personas beneficiarias de las prestaciones de dependencia son mayoritariamente mujeres (el 67 por 100), lo que se corresponde con su mayor esperanza de vida; pero, si se analiza por tramos de edad, hay más hombres que mujeres en todos los grupos de edad hasta los ochenta años, cuando la presencia de las mujeres es muy importante. De hecho, el 63,83 por 100 de las mujeres beneficiarias tiene más de ochenta años; en cambio, entre los hombres son menos de la mitad los mayores de ochenta años (40,78 por 100).
Por edades, casi el 80 por 100 de los beneficiarios (77,92 por 100) tienen 65 años ó más. Más de la mitad del total (el 56,23 por 100) tienen ochenta o más años.
Entre las personas mayores de ochenta años en situación de dependencia que tienen derecho a una prestación, el 76,28 por 100 -más de tres de cada cuatro- ya la reciben.
Respecto a los menores de tres años, actualmente hay en el Sistema 2.492 niños y niñas. De ellos, el 55 por 100 son niños. La mayoría de estos menores tienen una valoración de gran dependencia (Grado III).
En cuanto al instrumento de valoración, a la mayoría de personas en situación de dependencia (el 56,65 por 100) se les ha aplicado el Baremo de Valoración de discapacidad física, frente al 43,35 por 100 al que se ha aplicado el Baremo de Valoración de enfermedad mental o discapacidad intelectual. Por grados de valoración, la enfermedad mental o discapacidad intelectual es más frecuente en los grandes dependientes. Tanto entre los hombres como entre las mujeres, cuanto más alto es el grado de dependencia más personas en Baremo de Valoración por enfermedad mental o discapacidad intelectual hay.
Entorno geográfico y nacionalidad
La mayor parte de las personas beneficiarias (más de 260.000, el 39,05 por 100 del total) viven en localidades de más de cincuenta mil habitantes. No obstante, cerca de doscientas mil personas beneficiarias residen en entornos rurales, lo que supone que el 28,50 por 100 del total habitan en municipios de menos de cinco mil habitantes. Entre la población general, el porcentaje de personas en municipios de este tamaño es menos de la mitad, el 12,74 por 100. Es cierto que el índice de envejecimiento es superior en el medio rural, pero hay que subrayar que el Sistema ha facilitado el acceso a las prestaciones a las personas que residen en el medio rural.
Por lugar de procedencia, sólo el 0'36 por 100 de las personas beneficiarias son extranjeros y extranjeras (2.415 personas). Además, en este grupo se aprecian algunas diferencias respecto a la población beneficiaria en general: son más jóvenes (el 28,74 por 100 de las personas beneficiarias extranjeras tienen más ochenta años, frente al 56,23 por 100 general) y, aunque hay más mujeres, la diferencia es menor que en el caso de la población en general.
Personas beneficiarias con prestaciones por grado
Cuatro de cada cinco personas reconocidas como grandes dependientes (Grado III) reciben ya las prestaciones del Sistema a las que tienen derecho, al igual que el 70 por 100 de las personas con dependencia severa (Grado II); en total, 386.093 personas con Grado III y 282.311 personas con Grado II.
Hay que subrayar que se ha priorizado la atención en los casos más graves, de acuerdo con el calendario de aplicación previsto en la Ley.
Análisis de las prestaciones
A fecha 1 de enero de 2011 se prestaban 414.277 servicios y 385.732 prestaciones económicas. Del total de prestaciones económicas, 384.985 son de cuidados en el ámbito familiar; es decir, el 48,12 por 100 del total. Al ver las cifras en conjunto, se observa que, según disminuye el grado y nivel de dependencia, se incrementa la prestación de servicios en domicilio -ayuda a domicilio y teleasistencia-, así como la prestación de cuidados en el entorno familiar.
Varios son los motivos que explican la importante presencia de prestaciones de cuidados: la tradición de cuidados en el entorno familiar; la voluntad de las personas mayores de vivir en su domicilio, ya que, según la Encuesta sobre personas mayores 2010 del IMSERSO, es algo que eligen el 87,3 por 100; el tener una vivienda en propiedad o el importante peso de la atención en el medio rural. Estas razones también explican la importante presencia de servicios en el domicilio, 240.316 en total, el 30 por 100 de todas las prestaciones del sistema.
Respecto a los servicios de atención residencial se prestan especialmente a personas con una elevada dependencia. Así, una de cada cuatro personas reconocidas con el Grado III Nivel 2 recibe este servicio (el 23,48 por 100 del total de las personas con Grado III Nivel 2). En cambio, entre las personas con Grado II Nivel 1, sólo un 8,83 por 100 reciben este servicio.
Por sexos, no existen grandes diferencias entre hombres y mujeres en cuanto a los servicios que reciben, aunque se encuentra más presencia de hombres en servicios no residenciales y prestaciones económicas y más mujeres en los servicios residenciales. La explicación es que los hombres permanecen con mayor frecuencia en su domicilio, ya que tradicionalmente son las mujeres quienes han ejercido y ejercen el cuidado familiar, por la tradicional asignación de roles de género den el cuidado. Además, las mujeres tienen una mayor longevidad. Por ello, los hombres suelen contar con mujeres en su entorno que les cuidan, mientras que las mujeres tienen en menor medida este apoyo. Esta situación es refrendada por el hecho de que el 93,5 por 100 de las personas cuidadoras no profesionales con alta en Seguridad Social son mujeres.
Financiación del Estado al SAAD y empleo
El Estado ha aportado, hasta finales de 2010, 5.390.510.668 euros para financiar la atención a la dependencia y ha cumplido suficientemente con las responsabilidades económicas reconocidas en la Ley.
En cuanto a empleo, desde enero de 2007 hasta el 31 de diciembre de 2010 en el sector de servicios sociales asociado a la dependencia se han producido 260.406 nuevas altas en la Seguridad Social. De ellas, 110.841 corresponden a nuevas afiliaciones en el Régimen General, mientras que 149.565 personas se han dado de alta en el convenio especial de cuidadores no profesionales.