MARCAS

Infracción de marca europea por eliminación de los códigos de trazabilidad: excepción al agotamiento del derecho

Tribuna
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1. Hechos.

La firma italiana BULGARI, S.p.A. demanda a la compañía española VICINANZA TRADING, S.L por distribuir sin autorización perfumes originales de la marca BVLGARI tras haber eliminado el código de trazabilidad de los productos.

               

El Juzgado de Marcas de la Unión Europea de Alicante estima íntegramente la acción al considerar que la venta de perfumes BVLGARI efectuada por la demandada infringe la marca comunitaria de la actora por no ser de aplicación el principio del agotamiento, toda vez que se habían eliminado los códigos de trazabilidad de los productos.

El Juzgado consideró que la supresión de los códigos afectaba directamente al prestigio de la marca, “en tanto revela una comercialización defectuosa”, y, por otro lado, era un indicio importante de que los productos procedían de fuera del Espacio Económico Europeo (“EEE”) y que, por tanto, no habían sido puestos en él por el titular de la marca ni por un tercero autorizado.

No obstante, el juez de instancia no apreció que hubiera infracción de los derechos marcarios de la actora por la comercialización de los productos fuera del sistema de distribución selectiva, ya que no había quedado acreditado que los establecimientos de las empresas minoristas a las cuales vendía los productos de la marca BVLGARI la demandada no reuniesen las condiciones de venta exigibles para conservar el prestigio de la marca.

Contra dicha sentencia se alzan, vía recurso de apelación, ambas partes.

2. Pronunciamientos.

En primer lugar, el Tribunal Español de Marcas de la Unión Europea confirma los pronunciamientos de condena relativos a la infracción de los derechos marcarios de BULGARI por la eliminación de los códigos de trazabilidad de los productos comercializados.

En este sentido, el Tribunal de Apelación coincide en que la regla del agotamiento no era aplicable, pues aunque la actora no acreditó que los productos fuesen procedentes de fuera del EEE, hubo una importante deficiencia probatoria por parte de la demandada para probar lo contrario y, además, la eliminación de los códigos de trazabilidad constituía un indicio importante de que hubo importaciones paralelas.

A mayor abundamiento, el juez añade que la supresión de los códigos de trazabilidad supondría, en cualquier caso, una excepción a la regla del agotamiento y sería constitutiva de infracción, toda vez que afecta al valor de la marca, perjudicando la imagen de seriedad y calidad inherente a los productos, y a la confianza que pueda inspirar al público pertinente (v. sentencia del Tribunal Español de Marcas de la Unión Europea núm. 116/16 de 6 de mayo) (ECLI:ES:APA:2016:1272).

En segundo lugar, el Tribunal discrepa con el criterio mantenido en la instancia respecto de la inexistencia de infracción por la comercialización de productos fuera del sistema de distribución selectiva. A este respecto, señala la sentencia que la demandada no puede soslayar su responsabilidad sobre los productos que suministra derivándola hacia sus minoristas bajo el argumento de que son éstos los que en última instancia deben cumplir con las condiciones de venta impuestas por el sistema de distribución selectiva. En efecto, considera el Tribunal que como mayorista le correspondía adoptar “un comportamiento activo de exigencia a los minoristas, so pena de no suministrarles, de observancia de las condiciones propias de la venta selectiva” (v. sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona de 29 de octubre de 2014) (ECLI:ES:APB:2014:11516). 

Así pues, concluye la sentencia que la comercialización de los productos fuera del sistema de distribución selectiva constituye un acto de infracción de los derechos marcarios de la actora, toda vez que fueron suministrados sin control alguno y sin exigencia de medida de salvaguardia del prestigio y valor de la marca BVLGARI.

3. Comentario.

Se pueden extraer varias lecturas de esta sentencia. La primera de ellas es que el Tribunal Español de Marcas de la Unión Europea confirma definitivamente el criterio adoptado en anteriores sentencias conforme al cual la eliminación de los códigos de trazabilidad supone un indicio claro de que los productos proceden de importaciones paralelas y que, salvo prueba en contrario, es constitutivo de un acto de infracción.

Una segunda lectura que podemos extraer de la sentencia es que la eliminación de los códigos de trazabilidad puede considerarse como una alteración del estado de los productos a los efectos de poder aplicar la excepción a la regla del agotamiento del artículo 13.2 del Reglamento (CE) 207/2009 sobre la Marca de la Unión Europea, y que basta con que afecte la imagen, prestigio, seriedad o calidad inherente a la marca para que sea constitutivo de infracción.

Por último, también podemos concluir que, aunque no es posible afirmar de un modo general que la venta efectuada a minoristas que no están integrados dentro del sistema de distribución selectiva de una determinada marca sea, per se, constitutivo de infracción, nada impide para que al mayorista le sea imputada cierta responsabilidad sobre el deterioro de la imagen de la marca si se observa que no ha actuado con la debida diligencia para tratar de salvaguardar el valor y prestigio de las marcas que comercializa.

(Fuente de la información: ANUARIO ELZABURU 2016, recopilatorio de comentarios de jurisprudencia europea en materia de Derecho de Propiedad Industrial e Intelectual que realiza Elzaburu).  

Documento citado: 

- SAP Alicante de 6 mayo de 2016

- SAP Barcelona de 29 octubre 2014

- Rgto. 207-2009 de 26 febrero 2009 

ENGLISH VERSION

EU trademark infringed due to removal of traceability codes: exception to rights exhaustion. Judgment of the European Union Trademark Court of 25 July 2016, Bulgari

1. Background.

The Italian company Bulgari, S.p.A. sued the Spanish company VICINANZA TRADING, S.L. for the unauthorised distribution of genuine BVLGARI perfumes after removing the traceability code from the products.

                                                           

The European Union Trademark Court in Alicante accepted the complaint in full on the grounds that the sale of BVLGARI products by the defendant infringed the plaintiff’s EU trademark, since the removal of the traceability codes from the products meant that the principle of exhaustion did not apply.

The court considered that the removal of the codes directly affected the mark’s prestige “insofar as it reveals defective marketing” and held that it also constituted compelling evidence that the products had come from outside the European Economic Area (EEA) and had therefore not been put on that market by the trademark holder or an authorised third party.

The judge sitting in the lower court did not, however, find that the plaintiff’s trademark rights had been infringed because of the fact that the goods were sold outside the selective distribution system, given that it had not been demonstrated that the retail establishments to which the defendant had sold the BVLGARI products did not meet the conditions of sale required in order to preserve the mark’s prestige.

The judgment was appealed by both parties.

2. Findings.

The European Union Trademark Court first of all confirms the findings relating to the infringement of Bulgari’s trademark rights due to the removal of the traceability codes from the products that were being marketed. 

In that regard, the Court of Appeal agrees that the rule of exhaustion did not apply, since although the plaintiff did not demonstrate that the goods had come from outside the EEA, the defendant failed to prove otherwise, and furthermore, the removal of the traceability codes was regarded as an indication that the goods were parallel imports. 

The judge adds that the removal of the traceability codes would in any case rule out the principle of exhaustion and constitute infringement, since such conduct affects the value of the trademark, damaging the image of reliability and quality inherent to the products and the trust that the mark is capable of inspiring among the relevant public (see the European Union Trademark Court’s judgment no. 116/16 of 6 May) (ECLI:ES:APA:2016:1272).

Secondly, the court disagrees with the lower court’s reasoning in respect of the absence of infringement caused by the marketing of the goods outside the selective distribution system.  In that regard, the judgment points out that the defendant cannot dodge liability for the products that it supplies and instead hold its retailers liable on the grounds that it is they who must ultimately comply with the conditions of sale imposed by the selective distribution system. The court effectively believes that, as a wholesaler, the defendant must “actively require retailers, under penalty of ceasing the supply, to observe the conditions of the selective sales system” (see judgment of Barcelona Court of Appeal of 29 October 2014). (ECLI:ES:APB:2014:11516). 

The judgment thus concludes that the marketing of the products outside the selective distribution system infringes the plaintiff’s trademark rights, since the products were supplied without any control mechanisms in place and without requiring any means of safeguarding the prestige and value of the BVLGARI trademark.

3. Remarks.

A number of points can be drawn from this judgment. Firstly, the European Union Trademark Court has definitively confirmed the criteria followed in previous judgments, according to which the removal of traceability codes provides an obvious clue that the goods are parallel imports and that, in the absence of evidence to the contrary, such an act constitutes infringement.  

A second point that we can take from the judgment is that removing the traceability codes can be deemed to impair the condition of the goods for the purpose of applying the exception to the rule of exhaustion laid down in Article 13.2 of Regulation (EC) 207/2009 on the European Union trade mark, and that such an act need only affect the trademark’s inherent image, prestige, reliability or quality for it to constitute infringement.

Lastly, we can conclude that although we cannot make the generalisation that selling to retailers who do not form part of a particular brand’s selective distribution system constitutes infringement per se, there is nothing to prevent the wholesaler from being held liable for damage to the mark’s image if it is considered that that party has not acted with due diligence to try and safeguard the value and prestige of the brands that it sells. 


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