Entrevistamos a Jesús Mardomingo, director del Programa Especializado en Derecho de los Mercados Financieros del IEB y socio director del departamento bancario y financiero de Dentons en España, con motivo de la celebración de la Jornada Legaltech organizada en Madrid por el Instituto de Estudios Bursátiles (IEB).
1.- Sr. Mardomingo, cuando hablamos de Legaltech ¿Realmente a qué nos referimos? Y ¿por qué ahora la celebración de esta interesante jornada organizada por el IEB?
Hablamos básicamente de tecnología, de innovación, y de la posibilidad de afrontar los actuales cambios sociales de valores y culturales que, lógicamente, de algún modo, impactarán en la forma en que se prestan los servicios jurídicos, incluida la comercialización de los mismos. Hablamos también de la ingente cantidad de datos generados por la humanidad en los últimos años unido al espectacular desarrollo de la capacidad de análisis computacional de los mismos.
Por otra parte, cuando hablamos de este fenómeno, no debemos pensar tanto en la existencia de la tecnología sino en su masiva utilización, inmersa en la que llamamos la 4ª revolución industrial.
Este aumento de las soluciones tecnológicas obliga también a pensar en los cambios que provocan ya en la sociedad, y podrán provocar en el futuro. El derecho, y por ende las profesiones jurídicas, no pueden dar la espalda a esta nueva realidad y resulta obligado reflexionar, cada vez con más frecuencia, sobre su realidad, pero, especialmente, sobre sus efectos.
Desde sus comienzos, el IEB Law School ha dedicado considerables recursos a la investigación, con varios Observatorios sobre esta materia. La jornada del día 25 debe enmarcarse en esa labor que el Instituto protege, defiende e impulsa. Esta iniciativa se enmarca también en el Programa de Derecho de los Mercados Financieros, una de las posibles especializaciones que ofrece el master de acceso a la abogacía del IEB.
2.- Legaltech, Fintech, Regtech… ¿qué implica esta deriva tecnológica en el ámbito legal y económico de nuestras empresas y corporaciones?
En los últimos años se han dado de forma simultánea dos fenómenos opuestos: por un lado, el avance arrollador de la economía digital que algunos concluyen ha provocado profundas disrupciones en el funcionamiento de determinados sectores, así como el surgimiento de nuevos modelos de negocio. Por otro, una crisis económica iniciada en 2008 que, entre otros efectos, interrumpió una tendencia global hacia la desregularización de muchos sectores y actividades para volver a un entorno, que aún subsiste en gran medida, de sometimiento a nuevas y complejas normas.
La coincidencia en el tiempo de la crisis económica global, más el desarrollo de la nueva tecnología y la acumulación de datos, más una mayor exigencia regulatoria ha permitido el nacimiento de realidades como el fintech, sin duda el regtech, e incluso contribuido al progreso del legaltech.
3.- Parece ser que el fenómeno de las startups y los emprendedores tecnológicos supone una novedad que ha llegado para quedarse, incluido en el ámbito legal, hasta en las propias firmas de abogados ¿Cómo andamos en España en materia de legaltech, se apuesta realmente por ello, o estamos ante mero postureo “tech”?
En general, puede observarse un importante crecimiento de proyectos relacionados con la tecnología y las profesiones jurídicas. Por un lado, siguiendo la tendencia marcada por firmas anglosajonas o el propio Sylicon Valley, se pueden ya identificar en España incubadoras dedicadas a proyectos legaltech. Por otro, principalmente fruto de la actividad y actuaciones promocionales de grandes despachos y corporaciones españolas, proliferan las aplicaciones y programas para ordenadores que mejoran la práctica de la profesión, el desarrollo del negocio e, incluso, la promoción de los servicios del abogado ante posibles consumidores y también colegas de profesión. En todo caso, según las últimas estadísticas, aun se detecta un amplio margen de crecimiento para operadores de capital riesgo, business angels y la consiguiente llegada de financiación que incremente el universo de operadores.
4.- ¿Habría que dotar de un marco regulatorio especial que propiciase en nuestro país, o incluso a nivel europeo, el fenómeno del emprendimiento tech en general?
Las nuevas empresas de base tecnológica están cambiando el panorama de un gran número de industrias, muchas de ellas tradicionales, generando al mismo tiempo abundantes dudas y reflexiones sobre la necesidad, o no, de regulación. Me referiré ahora a la abogacía y al mercado financiero.
Empezando por la primera, como profesión regulada en los Estados miembros de la UE o del EEE, resulta necesaria la posesión de un título oficial de abogado o su equivalente, que nos lleva a a concluir sobre la necesidad de regulación, al menos para el ejercicio de la profesión. Sobre su comercialización podría existir una menor presión regulatoria.
Lo mismo podría afirmarse en el mundo fintech. Digo podría, porque, aunque el sector financiero se somete a una gran presión regulatoria, surgen nuevas soluciones y negocios que no compitiendo de manera directa con las entidades tradicionales buscan respuestas que se adapten a la realidad actual, apartándose de la regulación excesiva y las exigencias de capital. Por supuesto, siempre bajo la necesaria y atenta mirada de supervisores y reguladores.
Así, en un análisis comparado, vemos que las tendencias y respuestas a esta cuestión en el mundo financiero están siendo muy dispares. Desde aquellas jurisdicciones que tienden a la eliminación, o reducción, de la opción regulada, en beneficio de un mercado gris, a la opción más generalizada de optar por estrategias pro mercado y de consenso entre autoridades y operadores al objeto de crear una regulación que proteja al consumidor con un marco claro y conciso, sin asimetrías y desventajas para los distintos participantes en la industria. Este sería el caso del Reino Unido donde el entorno regulatorio alentó la innovación en el mercado fintech convirtiéndose en ocasiones en un modelo de referencia para otras jurisdicciones.
5.- Está claro que la presencia de las tecnologías Big Data, Blockchain, IA, Machine Learning,… se está consolidando, por lo que en este sentido ¿peligra o no la supervivencia de la figura del abogado o tendrá que reconvertirse?
Afortunadamente, creo que la figura del abogado no va a desaparecer por la llegada de las nuevas tecnologías. Lo más probable es que el abogado que aporta valor real para el cliente, no limitándose a realizar tareas repetitivas, siga presente como una exigencia de nuestra sociabilidad. Eso sí, sin abandonar el factor humano, el sector deberá apostar por la innovación, la tecnología y todas sus herramientas derivadas que faciliten prestar un mejor servicio, más eficiente, más ágil, acorde con los cambios culturales que vivimos y, consecuencia de ello, tratando de ajustar el ratio precio/servicio.
En definitiva, debemos pensar positivamente en el futuro y enfrentarnos con optimismo a los retos generados por las nuevas tecnologías que contribuirán eficazmente a proteger e impulsar valores esenciales de la abogacía tales como la justicia, la seguridad jurídica e, incluso, la eliminación de desigualdades en el acceso a los mejores profesionales.
6.- ¿Considera que el estudio y conocimiento de estas tecnologías deberían tener cabida en los programas del Grado de Derecho? ¿Y en el Máster de Acceso al Ejercicio de la Abogacía?
Indudablemente, el estudio y conocimiento de estas tecnologías debe ser parte de los programas académicos tanto de grado como de máster de acceso. La tecnología hoy en día se ha convertido en muchos ámbitos en el eje vertebral en la prestación de servicios jurídicos, así como de la gestión y operativa del abogado. Por otra parte, la mera reflexión acerca de otros posibles modelos de actividad profesional y la revisión de los modelos laborales económicos tradicionales, obliga a la formación permanente.
7.- Cambiando de tercio ¿Se usa por los operadores financieros la IA en el ámbito de las estrategias de inversión? ¿Y sería posible el uso de la Inteligencia Artificial en las labores de regulación y supervisión de los mercados financieros?
Especialmente los gestores de fondos, de carteras y asesores de inversión o de banca privada, buscan desde hace años herramientas que les permita avanzar en la mejor toma de decisiones de inversión.
En ese sentido, las herramientas tradicionales promovidas en interés del cliente por normativas como la MIFID quedarán obsoletas en la medida que el uso del big data y la inteligencia artificial se vaya imponiendo en la toma de decisiones por parte de los operadores financieros. Todo avance que permita conocer con mayor precisión la aversión al riesgo de un cliente, o la auténtica realidad de sus necesidades económicas y de inversión, contribuirá a mejorar la protección de los inversores. Por su parte, ayudará al gestor a mejorar su conocimiento de los ratios económicos, sociales, políticos o financieros que pueden influir en sus tomas de decisiones, permitiéndole optimizar rentabilidades. Esto último, me atrevo a decir que es ya casi una realidad. Lo primero, el conocimiento real del cliente, necesita todavía de algunos avances, incluidos los regulatorios.
En cuanto a la segunda pregunta, ya he comentado antes mi apuesta por una cierta intervención pública que proteja al inversor/consumidor que, al tiempo, favorezca el desarrollo de un mercado financiero viable, eficiente, y justo. La gestión eficaz de datos y la inteligencia artificial pueden contribuir a ello al tiempo que debieran permitir al supervisor la vigilancia de unas reglas de juego equilibradas dentro del sector. En suma, la digitalización debería permitir a las autoridades un mejor desempeño de sus funciones de supervisión y regulación mediante una eficiente gestión de la ingente cantidad de información disponible.
8.- Y para terminar, la Guía Global Chambers le reconoció como uno de los mejores abogados en regulación. Teniendo en cuenta esta constatación y el dominio por su parte de la materia ¿por qué puede ser positivo a efectos de innovación para el entorno fintech, en general, y el bancario, en particular, la posible existencia de un sandbox o banco de pruebas?
Antes de nada, agradecer a la Guía y su editorial la mención.
Contar con un espacio de pruebas controlado, sin duda, debiera contribuir a fomentar la innovación, el consecuente emprendimiento empresarial y, no menos importante, una adecuada protección de los usuarios y consumidores. Como usted indica en su pregunta, además, siempre en mi modesta opinión, debiera extenderse a todas las verticales tech, incluida la bancaria y del crédito. Será muy deseable también que su incipiente regulación y los criterios interpretativos de las autoridades, al menos en nuestro entorno económico más cercano, estén basados en principios de igualdad entre operadores que contribuyan a la mayor seguridad jurídica.