Entrevista realizada con ocasión de su reciente premio en la primera edición del EmprenDAYmiento del ICAM
Jurista, abogado en ejercicio y fundador de En Busca del Fuego, un ecosistema que integra escuela de negocios digital, consultoría estratégica y acompañamiento legal para emprendedores conscientes. Tras especializarme en Derecho de los Negocios, Abogacía Internacional y opositar a la Abogacía General del Estado, profundicé en el estudio de los mercados financieros desde una cátedra universitaria y colaboré con el Boletín Oficial del Estado en la redacción del Código Electrónico de Economía Colaborativa, publicado cuando tenía 25 años. Con el tiempo comprendí que mi vocación no era únicamente jurídica, sino profundamente transformadora.
Desde entonces me dedico por completo a ayudar a otros a construir negocios sólidos, éticos y sostenibles, acompañando a cientos de profesionales —desde creadores de contenido hasta empresarios consolidados— en su camino de desarrollo personal y empresarial.
Dirijo un podcast jurídico-empresarial (Top 7 en España en 2023), donde conectamos generaciones, visión estratégica y nuevas tecnologías. Mi trabajo busca tender puentes entre el pensamiento riguroso y la acción consciente, entre la seguridad jurídica y la libertad creativa. Porque no se trata solo de saber Derecho, sino de comprender profundamente el mundo al que ese Derecho sirve.
No somos un despacho tradicional. En Busca del Fuego es un ecosistema vivo, diseñado para acompañar a quienes emprenden desde la vocación, no solo desde la urgencia. Combinamos formación estratégica, automatización práctica y asesoría legal aplicada al mundo real.
Nuestra plataforma Ignition actúa como guía y catalizador para tres perfiles principales:
1. Quienes inician su primer proyecto con ilusión y vértigo, y necesitan claridad sin sentirse juzgados.
2. Empresas digitales en crecimiento que, tras años de ensayo y error, comprenden que sin estructura no hay libertad.
3. Negocios consolidados que desean escalar con seguridad jurídica, optimización fiscal y visión internacional.
Les ayudamos no solo a ordenar lo que han construido, sino a diseñar —con intención y herramientas— el negocio que verdaderamente desean liderar. Porque emprender no es solo facturar más: es construir algo que tenga sentido, y que esté a la altura de la vida que uno quiere vivir.
Una iniciativa necesaria y, sobre todo, oportuna. El EmprenDAYmiento no solo da visibilidad al emprendimiento jurídico real, sino que abre espacio a profesionales y proyectos que, hasta ahora, quedaban fuera del radar institucional. Es una declaración clara de que el ICAM no solo observa los cambios en el ejercicio de la abogacía, sino que está dispuesto a impulsarlos desde dentro.
Que se premie la innovación legal en todas sus formas—desde la tecnología hasta el modelo de negocio— es un mensaje potente para las nuevas generaciones y una invitación para repensar el presente de la profesión con libertad, sin renunciar al rigor.
Gracias a esta edición, En Busca del Fuego ha sido descubierto por muchos compañeros que hoy forman parte de nuestra comunidad. El respaldo del Colegio y los patrocinadores ha sido clave para acercar nuestra propuesta a quienes más pueden beneficiarse de ella. Lo agradezco sinceramente.
Sí, pero como toda semilla, necesita tierra fértil. El talento y la iniciativa están presentes en muchos jóvenes abogados, pero a menudo se encuentran atrapados entre estructuras que ya no encajan con sus valores y una falta de referentes reales que les muestren caminos alternativos al ejercicio tradicional.
Hay vocación, hay capacidad, pero sin comunidad ni herramientas adecuadas, ese impulso se apaga o se desvía hacia modelos que no les permiten desplegar su verdadero potencial. Nuestra experiencia tras el EmprenDAYmiento lo ha confirmado con claridad: muchos compañeros vieron en Ignition un espacio donde no solo formarse o digitalizar su práctica, sino también reconectar con el sentido profundo de su labor o reinventarse dentro de otros sectores como la salud, el bienestar o la tecnología.
La abogacía, cuando se ejerce con libertad, propósito y estructura, vuelve a ser un acto de servicio. Y eso es, precisamente, lo que buscan muchos de ellos. No por nada somos los “ad auxilium vocatus o advocatus”: los llamados para auxiliar.
Ignition es una membresía anual concebida como un espacio integral de crecimiento estratégico y legal para emprendedores del siglo XXI. Unifica formación práctica, soporte jurídico y comunidad viva, permitiendo a sus miembros lanzar, escalar o profesionalizar sus proyectos con estructura, automatización y visión. Sus contenidos evergreen, las sesiones de acompañamiento y los recursos legales accionables hacen que cada usuario encuentre respuestas concretas a problemas reales, en tiempo real.
Más que un catálogo formativo, Ignition es un sistema. Un modelo que reduce fricción, ahorra tiempo y aumenta el impacto del trabajo de quienes ya no desean seguir improvisando. Para muchos abogados, está siendo la vía para digitalizar su ejercicio y ofrecer más valor desde menos complejidad. Conectando con otros empresarios y proveedores cualificados de confianza.
Hoy, ya hay profesionales del ICAM dentro de la plataforma, reorientando sus carreras hacia modelos más flexibles, sostenibles y alineados con la nueva realidad del cliente jurídico. A diferencia de muchas propuestas digitales que solo ofrecen contenido, nosotros ofrecemos acompañamiento real. No vendemos fórmulas: caminamos junto al emprendedor, creando estructuras que den tranquilidad, claridad y libertad. Y lo más emocionante es que esto no ha hecho más que empezar.
En Busca del Fuego nace tras años de acompañar a profesionales brillantes que, pese a tener ideas y talento, se sentían desbordados en un entorno digital tan acelerado como ruidoso. Personas que habían encendido una chispa, pero no sabían cómo sostenerla ni multiplicarla.
El nombre proviene de una novela francesa adaptada al cine que marcó nuestro imaginario: una tribu pierde el fuego —fuente de vida, defensa y transformación— y encomienda a sus guardianes la misión de encontrarlo. No saben generarlo, pero saben que existe. Esa búsqueda, profunda y urgente, es la misma que atraviesan hoy muchos emprendedores: han visto lo que es posible, pero necesitan aprender a hacerlo por sí mismos. Ignition representa al mentor que les guía; En Busca del Fuego, el ecosistema que los sostiene. Los protagonistas, sin duda, son ellos.
Hemos invertido más de 80.000 € en desarrollar una plataforma propia que une tecnología, estrategia, legalidad, comunidad y soporte en directo con agentes y consultores para todas las cuestiones del negocio. El equipo evolucionó con el tiempo a proyecto familiar: pues se incorporó mi madre, referente del marketing digital en habla hispana con millones de seguidores, y posteriormente mi padre, abogado del ICAM con más de cuatro décadas de ejercicio y visión institucional. Completamos el equipo con técnicos, ingenieros y un soporte que garantiza calidad y acompañamiento real.
Gracias al ICAM y a los patrocinadores, hemos recibido una visibilidad que ha permitido que muchos compañeros se unan al proyecto. Y también ha despertado el interés de inversores que ven en esta propuesta un puente intergeneracional, con impacto formativo, social y económico.
El sector legaltech en España vive una paradoja evidente. Mientras que las oportunidades tecnológicas se multiplican, muchas grandes firmas siguen abordando la inteligencia artificial como un elemento accesorio. Todavía hay socios que no la consideran prioritaria, lo cual —en pleno 2025— resulta difícil de justificar.
Muchos hablan de las soluciones tecnológicas y las redes sociales bajo el mantra del "se que lo necesito, pero no lo quiero". No obstante, ignorar que el mundo está en constante cambio y evolución no es una opción. En el ecosistema digital, equipos mínimos están creando empresas multimillonarias gracias a la automatización, el uso estratégico de datos y la inteligencia artificial. Mientras tanto, una parte del sector jurídico continúa operando como si el cambio no fuera con ellos.
En nuestros talleres, abogados y otros profesionales sin formación técnica salen con sus webs, apps y primeros agentes de IA funcionales, herramientas locales compatibles con el RGPD y una comprensión práctica que transforma su forma de trabajar. Esa experiencia de empoderamiento no está ocurriendo en ningún otro entorno legal, y demuestra que el cambio no depende de la tecnología, sino de la voluntad de adoptarla y de comprender una realidad en constante cambio. Lo que falta no son recursos, sino visión, formación aplicada e integración entre generaciones.
Quien no comprende el mundo digital, difícilmente podrá comprender al nuevo cliente jurídico. Y esa, para nosotros, ya no es una cuestión de innovación: es una cuestión de supervivencia profesional.
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