El estudio señala que la frecuencia y el nivel de sofisticación de los ciberataques ha aumentado y tiene como objetivo infraestructuras sensibles para la UE, como administraciones públicas sanitarias durante la emergencia del coronavirus, además de empresas del sector privado.
Sólo desde el mes de julio la UE ha registrado ataques a gran escala contra empresas e instituciones en al menos seis países del bloque. Los principales ataques afectaron a una cadena de supermercados en Suecia, bases de datos del Gobierno de Estonia, o la Oficina Federal de Estadística de Alemania.
Además, en plena crisis por el coronavirus, los hackers atacaron el sistema administrativo de la región de Lazio en Italia que paralizó la cita de vacunación unos días o la web para obtener el certificado de vacunación en Países Bajos. Otro ataque de tipo ransomware obligó a un hospital en Bélgica a cancelar todas las consultas programadas.
Por ello el informe señala la importancia de mantener el alto nivel de ambición comunitaria en términos de ciberseguridad, seguir adelante con la coordinación y preparación entre los Veintisiete y sumar a en este esfuerzo colectivo a terceros países y foros multilaterales.
En este contexto, el bloque europeo ha llevado la cuestión de la seguridad en el entorno digital a foros como el G7 y G20 y en el marco del diálogo bilateral con Estados Unidos se ha creado un grupo dedicado a la seguridad y competitividad tecnológica.