De este modo, el peso del trabajo desde el domicilio en España antes de la pandemia se alineaba con países como Alemania o Italia, pero se situaba por debajo del porcentaje que representaba en Francia, Portugal o Estados Unidos (entre el 5% y el 10%), así como de Reino Unido, Finlandia o Chile (entre el 10% y el 15%).
Del total de trabajadores desde casa en 2019, la mayor proporción correspondía a autónomos, con 152,3 millones (59%), mientras que los asalariados eran 49,4 millones (19%) y los empleadores unos 14,2 millones (5%).
Asimismo, la organización destaca que la mayoría de los trabajadores basados en el domicilio eran mujeres, con una estimación en 2019 de 147 millones de mujeres y 113 millones de hombres.
No obstante la OIT señala que el número de los trabajadores a domicilio "ha aumentado sustancialmente debido a la propagación de la pandemia de Covid-19", ya que en los primeros meses de la pandemia alrededor de uno de cada cinco trabajadores realizó su labor a domicilio, por lo que prevé que los datos para 2020 pondrán de relieve un aumento sustancial.
"Cabe esperar que la cantidad de trabajadores a domicilio siga aumentando a lo largo de los próximos años, según se desprende de los resultados del informe, de ahí la acuciante necesidad de volver a abordar las dificultades que afrontan los trabajadores a domicilio y sus empleadores", advierte la OIT.
PEOR PAGADOS.
En este sentido, el estudio de la OIT desvela que cuando se toman en consideración factores como la educación, la edad y la ocupación, se observa una penalización del trabajo a domicilio en casi todos los países, incluso entre las profesiones que requieren mayor cualificación.
Asimismo, el estudio apunta que en los países de ingresos bajos o medianos casi todos los trabajadores a domicilio (el 90%) desarrollan su labor de manera informal.
De este modo, los trabajadores desde casa ganaban un 13% menos que los trabajadores que no están basados en el domicilio en el Reino Unido, un 22% menos en los Estados Unidos, un 25% menos en Sudáfrica, y alrededor de la mitad enArgentina, India y México, mientras que solo en Italia se observaba una ligera variación favorable hacia los trabajadores a domicilio, que desaparece cuando se toma en consideración las horas trabajadas.
De hecho, según la OIT la flexibilidad de horarios es una razón importante por la que los trabajadores eligen trabajar desde casa, y quizás su mayor ventaja, ya que los trabajadores a domicilio trabajan en promedio menos horas al día que los que trabajan fuera de casa, aunque sus horas de trabajo son más inciertas.
Por otro lado, la organización advierte de que los trabajadores desde casa deben afrontar mayores riesgos en materia de seguridad y salud y poseen un acceso más restringido a los programas de formación, lo que puede repercutir adversamente en su trayectoria profesional, y apunta que no poseen el mismo grado de protección social que los demás trabajadores, además de ser menos proclives a formar parte de un sindicato o figurar en convenios colectivos.
Por lo general, la reglamentación del trabajo a domicilio es deficiente y el cumplimiento de la legislación vigente resulta complejo, señala la OIT, subrayando que, en muchos casos, los trabajadores a domicilio son considerados contratistas autónomos y, en consecuencia, quedan excluidos del ámbito de la legislación laboral.
"Muchos países cuentan con legislación, en ocasiones complementada mediante convenios colectivos, que permite colmar lagunas a fin de fomentar el empleo decente con respecto al trabajo a domicilio", apunta Janine Berg, economista principal de la OIT y coautora del informe, subrayando, no obstante, que "pocos países disponen de una política integral sobre trabajo a domicilio".