Pese a este incremento de los ingresos, los impuestos ambientales perdieron peso en el total de impuestos de la economía española, al pasar del 7,6% de 2020 al 7,2% en 2021.
Los hogares españoles pagaron el 44,4% del total de impuestos ambientales en 2021, lo que supone 1,5 puntos menos que en 2020, mientras que las empresas abonaron el 55,6%.
Por ramas de actividad, las que pagaron más impuestos ambientales en 2021 fueron transporte y almacenamiento (17% del total) y el suministro de energía eléctrica, gas, vapor y agua y la industria manufacturera (10,6% en ambos casos).
Por el contrario, las que menos abonaron este tipo de tributos fueron las industrias extractivas y la agricultura, ganadería y pesca, con el 0,9% y 1,3% del total, respectivamente.
Según la clasificación del sistema de cuentas nacionales, los impuestos sobre los productos, excluidos el IVA y los impuestos sobre las importaciones, totalizaron 16.390 millones de euros en 2021, un 7,3% más que en 2020, año de inicio de la pandemia del Covid.
Por su parte, los otros impuestos sobre la producción alcanzaron los 3.092 millones, un 19,2% más que en 2020, y los otros impuestos corrientes ambientales se situaron en 1.783 millones, con un crecimiento del 2,5% sobre 2020.
Los impuestos de naturaleza ambiental representaron el 40,6% del total de impuestos sobre los productos, excluidos el IVA y los impuestos sobre las importaciones.
Por su parte, los otros impuestos corrientes con finalidad ambiental alcanzaron el 40% del total y los impuestos sobre la producción ambientales, el 13,7%.
Los impuestos ambientales se agrupan en tres categorías: los impuestos sobre la energía, que en 2021 representaron el 82% del total; los impuestos sobre el transporte (13,1%) y los impuestos sobre la contaminación y los recursos (4,9%).
Los impuestos sobre la energía se incrementaron un 8,9% respecto a 2020, mientras que los impuestos sobre el transporte aumentaron un 5,8% y los impuestos sobre la contaminación y los recursos, un 9,9%.
Dentro de los impuestos sobre productos, los impuestos sobre la energía alcanzaron los 15.778 millones de euros, un 7% más que en 2020.
Los hogares españoles abonaron el 76,9% de los impuestos sobre el transporte y el 41,8% de los impuestos sobre la energía, mientras que las empresas abonaron el 97,3% de los impuestos sobre la contaminación y los recursos, y el 58,2% de los impuestos sobre la energía.