Son muchos los tipos de accidentes que pueden tener lugar en las piscinas estivales, desde ahogamientos hasta lesiones medulares, pasando por cortes y caídas. Tanto los ayuntamientos como los propietarios de piscinas de uso público deben respetar y cumplir determinadas obligaciones legales. No obstante, también los bañistas deben respetar la normativa interna de las comunidades, así como los avisos e indicaciones de los socorristas.
Respecto a la responsabilidad en casos de accidente, será de la comunidad de propietarios cuando se haya producido un incumplimiento de las normas de uso y mantenimiento de la piscina. Sin embargo, se deberá acreditar culpa o negligencia por su parte y siempre corresponderá a quien reclama la carga de la prueba y la demostración del nexo causal entre conducta y resultado.
En conclusión, no se podrá apreciar la responsabilidad de la comunidad cuando el accidente se deba a una distracción del bañista o como consecuencia de obstáculos previsibles por parte de la víctima.