La sede del Colegio de Abogados de Sevilla acogió la jornada y mesa de debate titulada "Marketing y gestión del despacho", en la que José Joaquín Gallardo García, decano del ICAS, y los ponentes invitados por la editorial Lefebvre – El Derecho analizaron las claves y herramientas que pueden ayudar a los abogados a iniciar el camino de la transformación y desarrollo de sus bufetes a un modelo de negocio moderno.
La reflexión anecdótica del encuentro la pronunció el propio decano, quien en sus conclusiones señaló que "hay que llegar al corazón del cliente, pero atravesándole la cartera con elegancia" en referencia a las teorías que se mantuvieron sobre el nuevo marketing jurídico centrado en el cliente. Según el máximo representante de la abogacía sevillana, la modernización no debe estar influida únicamente por el precio, "debemos evitar a toda costa el bajo precio porque eso no lleva a ninguna parte". Asumir este proceso es "una decisión personal que implica una dedicación profunda", y reconoció, como ejemplo práctico de la utilidad profesional de la tecnología, que al tiempo que atendía a las ponencias había podido responder a una consulta profesional a través de Whatsapp.
Óscar Fernández de León, moderador de la jornada, indicaba en sus conclusiones que "hay que evitar la incertidumbre que supone salir de la zona de confort y afrontar el proceso de modernización". Sobre la gestión de un despacho, señaló que "influyen muchas variables: gestionar el tiempo, la economía, rentabilidades, procesos, personas, y para hacerlo existen programas que nos ayudan a hacerlo, como hemos visto esta misma noche", en alusión a la demostración práctica que se realizó del software Suite Gestión de Despachos.
Luis López de Castro, por su parte, presentó como caso práctico la transformación del despacho familiar al que pertenece. "Cuando hablamos de despacho tradicional parece que lo decimos de manera despectiva y no es así. Un despacho tradicional mantiene la esencia del Derecho, los valores, el conocimiento jurídico y el estudio. Pero hay que pasar a utilizar técnicas de gestión y adaptar el despacho al tiempo en el que vivimos". Con el cliente como eje del nuevo marketing 3.0, "hoy hay que centrarse más en el cliente y preocuparnos por cosas distintas: conocer qué tipo de clientes tienes, que asuntos son los que mejor hacemos en el despacho, analizar qué protocolos de trabajo tenemos, cómo lo fidelizamos", señaló.
"No me gusta hablar de innovación porque todo el mundo lo asocia a los cables. La innovación en un despacho de abogados es aplicar la tecnología y los nuevos procesos para que nos ayude a logar unos objetivos Hoy en día es fundamental que el cliente asocie nuestros servicios y nuestro despacho a la misión, visión y valores que hemos definido: qué quiero ser, que quiero hacer y cómo lo quiero hacer", concluía el letrado sevillano.
Por su parte, Sara Molina, responsable de la consultora de márketing y desarrollo de negocio Marketingnize, abogó por prácticas de desarrollo como la colaboración entre abogados; el uso racional de las redes sociales, o la asignación de objetivos tangibles y cuantificables al uso de la tecnología. Indicaba la ponente que "el low cost en la abogacía no es nada más que utilizar todos los medios a nuestro alcance para ahorrar costes, pero dando el mejor servicio al cliente. Todos los despachos tienen Big Data en su estructura, pero o no lo saben, o no analizan suficientemente: datos de facturación, de clientes, de tiempo de duración de procesos, de ratios de facturación, etc."
Toni Durán-Sindreu, socio de Durán-Sindreu encargado de trasladar a los asistentes la parte económica y financiera de la gestión del despacho, remarcaba que el despacho es una empresa y que el problema de base es que muchas veces conviven en una misma persona el gestor y el profesional. Analíticamente hablando, el despacho vende horas, y la rentabilidad se consigue si somos capaces de monetizarlas" debe hacer la labor de señaló completaron el panel de ponentes que dejaron,
Para finalizar, se dio a conocer el ganador del sorteo de la licencia de un año para utilizar el programa de gestión Suite Gestión de Despachos, que correspondió a Francisco José García Pérez.