Antes de poder acudir a los mercados de deuda para captar los 750.000 millones, Bruselas necesita el permiso de todos los parlamentos nacionales de la Unión Europea para elevar su techo de recursos propios hasta el 2% de la Renta Nacional Bruta (RNB) de la UE, tal y como ha propuesto.
Todo este procedimiento, sumado al hecho de que el fondo de reconstrucción está vinculado al Marco Financiero Plurianual (MFF) para el periodo 2021-2027, imposibilita que el estímulo fiscal pueda desembolsarse ya este año. Pero para salvar este obstáculo, el Ejecutivo comunitario propone a los Estados miembros enmendar el presupuesto actual y adelantar así el pago de 11.500 millones.
"Dada la naturaleza del MFF, (el fondo de recuperación) sólo podría empezar en 2021, pero la crisis ya está aquí, está aquí todos los días y requiere una respuesta adecuada", ha expresado el comisario de Presupuesto y Administración, Johannes Hahn, en una rueda de prensa en la que ha explicado los detalles de la propuesta.
En concreto, la intención de Bruselas es que a partir de septiembre de este año ya se puedan adelantar 5.000 millones de la dotación complementaria de la Política de Cohesión, que en total asciende a 55.000 millones hasta 2022.
A esto se añadirían otros 5.000 millones en provisiones relacionadas con el Instrumento de Solvencia, con el que la Comisión Europea quiere incentivar inversiones del sector privado en empresas especialmente golpeadas por la crisis.
Para conseguirlo, plantea también reforzar con 500 millones el capital del Fondo Europeo de Inversiones (FEI), la entidad filial del Banco Europeo de Inversiones (BEI) de la que dependerá esta herramienta.
Por último, el Ejecutivo comunitario propone adelantar 1.000 millones de euros del fondo de reconstrucción económica para atender las necesidades derivadas de la pandemia de los países vecinos de los Balcanes.