Bajo el principio de utilizar la telefonía móvil "como en casa", la Unión Europea suprimió el coste adicional por llamar, enviar SMS o conectarse a Internet en itinerancia --más conocido como roaming-- siempre que el usuario cumpla las condiciones de un "uso razonable" de esta ventaja, por ejemplo que el uso sea mayor en el país del contrato con el operador que en el exterior.
La normativa se puso en marcha durante un periodo inicial de prueba de cinco años, pero Bruselas considera probado que su funcionamiento ha sido un éxito y que los operadores tienen herramientas suficientes para detectar posibles abusos y que se han evitado efectos negativos en los mercados nacionales.
El Ejecutivo comunitario, además, ha aprovechado esta propuesta para plantear otras mejoras al sistema libre de roaming tales como el derecho del usuario a tener la misma calidad y velocidad de conexión móvil en el lugar del viaje que el que dispone en casa, siempre que haya redes "equivalentes" disponibles.
Según los datos ofrecidos por la Comisión, el 33% de los usuarios aseguran haber sufrido conexiones de peor calidad y más lentas a Internet cuando han estado de viaje que los niveles contratados en su país y un 28% se queja de que ha visto cómo le rebajaban la calidad de las redes disponibles, por ejemplo de 4G a 3G.
Por ello, la propuesta comunitaria apunta que las compañías del país visitado deban permitir el acceso a toda su red de tecnologías y generación previa demanda "razonable" del mayorista.
También plantea medidas para seguir reduciendo costes cuando el usuario se encuentra en itinerancia, como asegurar que recibe información precisa de los cargos adicionales que puedan ir asociados a llamadas a números especiales como los de atención al cliente u otros con tarifas especiales, incluso aquellos que en origen son gratuitas.
Fuente de la noticia Europa Press.