Este Plan estará coordinado con la reforma fiscal en la que está trabajando el Gobierno y que tendrá una profunda orientación social, primando el apoyo a la familia y a las clases medias, así como la creación de empleo.
El Plan Integral de Apoyo a la Familia estará centrado, prioritariamente, en favorecer la conciliación y afrontar los retos demográficos como el envejecimiento de la población.
Contará con varias líneas estratégicas, entre las que destacan las siguientes: el fomento de la conciliación y la corresponsabilidad familiar, laboral y personal, para favorecer el acceso y permanencia en el mercado de trabajo; la mejora de la protección a las familias, incidiendo especialmente en el propósito de atajar la pobreza infantil, en línea con los objetivos del Plan de Inclusión Social; o la potenciación de aquellas medidas que ofrezcan un entorno favorable y positivo a la vida familiar. Para ello, se garantizará, además, la coordinación y transversalidad de las políticas de apoyo a la familia y la evaluación de resultados.