Los autores del informe del banco central reconocen la dificultad de discernir los límites entre medidas discrecionales y estabilizadores automáticos en algunos casos, como el tratamiento de los Expedientes de Regulación de Empleo (ERTE), que la Comisión Europea considera parte de la actuación de los estabilizadores automáticos, reduciendo así el esfuerzo presupuestario de España al 1,3% desde el 5,5%.
No obstante, desde el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital estiman el apoyo fiscal en un 5,5% del PIB, ya que en ese cálculo sí se recoge el esquema de los ERTE, que incluye la exoneración de cotizaciones a la Seguridad Social, así como el fondo a las regiones por el Covid de 16.000 millones de euros.
El estudio del BCE señala el diferente tratamiento aplicado a los aplazamientos de impuestos y cotizaciones sociales por parte de los países y apunta que el impacto de las medidas fiscales adoptadas podría haber sido incluso mayor en varios países que el evaluado por la Comisión, dado que los programas evaluados se prepararon antes de la segunda ola de la pandemia en el otoño, que generó esfuerzos adicionales.
En la comparación que lleva a cabo el BCE con la respuesta fiscal de los países a la crisis de 2009, tomando como referencia las cifras de la Comisión Europea, únicamente España y Luxemburgo habrían acometido en 2020 un esfuerzo menor que entonces, mientras que la media de la eurozona superó en 2020 el 4%, frente al 1,5% del PIB destinado en 2009.
Según estas estimaciones, el mayor esfuerzo fiscal habría sido el acometido por Lituania, con un 6,8% del PIB, por delante de Austria, Malta, Italia, Eslovenia, Irlanda y Países Bajos, todos ellos por encima del 5%, mientras que en Alemania rondaría el 5% y el 2,9% del PIB en el caso de Francia.
Además del esfuerzo fiscal directo a través de medidas discrecionales de gasto, el BCE destaca el apoyo a la liquidez proporcionado por los gobiernos de la zona euro en 2020, principalmente a través de avales a los préstamos a las empresas afectadas por las restricciones, que en el conjunto de la eurozona llegó a suponer el 16% del PIB.
En el caso de las economías del euro, Italia, con más del 30% y Alemania con casi un 20% son los países que mayor apoyo a través de estos instrumentos prestaron a las empresas, por delante de Francia y España, con un esfuerzo cercano al 15% cada una.
Sin embargo, al tener en cuenta la ejecución, los autores del estudio subrayan la disparidad entre países, con apenas un 1,3% del PIB en Alemania y el 9,7% en España, como extremos entre las cuatro mayores economías del euro.
"La efectividad de los esquemas depende de ciertas características de diseño que determinan si los prestatarios pueden acceder a los préstamos rápidamente y que difieren significativamente entre países", advierten.
Asimismo, recuerdan que en crisis anteriores estas garantías demostraron ejercer un efecto positivo en los préstamos, pero también algunos posibles efectos de incentivos negativos, aunque consideran estos "menos probables en las circunstancias actuales".
Economía eleva un 5,5% del PIB el apoyo fiscal
Frente al cálculo de un apoyo fiscal del 1,3% del PIB realizado por el BCE, desde el Ministerio de Asuntos Económicos elevan el estímulo al 5,5% al contemplar en esa estimación el esquema de los ERTE y el fondo Covid de 16.000 millones a las comunidades autónomas, según han señalado a Europa Press en fuentes del departamento de Nadia Calviño.
Desde el Ministerio explican que el esquema de los ERTEs está por encima de la prestación por desempleo y ha sido una medida de mantenimiento de rentas equiparable a cualquier otra transferencia a los hogares. A ello se suma la exoneración extraordinaria de cotizaciones a la Seguridad Social recogida en el esquema, que supone también un apoyo directo a empresas.
Esto explica en buena parte la diferencia recogida en el cálculo del BCE, ya que si otro país ha articulado estas ayudas a través de mecanismos distintos de los ERTEs, sí que aparecería en el gráfico del banco central, pero no en el caso de España, aunque la cuantía sea la misma y el impacto presupuestario equivalente. En otros casos, como el de Alemania, sí se incluye el impacto de los ERTE.
Además, tampoco se tiene en cuenta en el cálculo del BCE el fondo a las regiones por Covid de 16.000 millones de euros de asistencia principalmente para gastos de sanidad y educación extraordinarios a causa del Covid al tratarse de una transferencia directa no reembolsable, con impacto en déficit. Si el gasto lo hubiera realizado la Administración Central en lugar de las CCAA sí que computaría en el gráfico, apuntan desde Asuntos Económicos.
Recientemente la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) publicó el informe anual de ayudas públicas de 2020 en el que señalaba que España y Francia fueron los dos países que más ayudas públicas destinaron en porcentaje del PIB entre los grandes Estados de la UE-28 en el primer semestre de 2020, afectado por la pandemia del Covi-19, al destinar un 4% de su PIB nacional en esos primeros meses de crisis, frente al 1% del PIB en Alemania, si bien en volumen lideró el país germano con un total de 820.000 millones de euros, frente a los 100.000 millones de España.
Igualmente, el 'think tank' Bruegel cifraba en un informe con datos hasta el pasado mes de noviembre en un 4,3% del PIB el impulso fiscal realizado por España.