La ministra de Exteriores cree que el veto de Estados Unidos a Huawei responde a su batalla con China por el liderazgo tecnológico

González Laya resalta que la aprobación de la 'tasa Google' no es "un gesto contra Estados Unidos"

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"La tecnología es la gran batalla por la supremacía en el siglo XXI y en esta batalla hay dos actores muy grandes, China en el Este y Estados Unidos en el Oeste, cada uno empujando sus intereses, y Europa de alguna manera está en el centro"

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La ministra de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, Arancha González Laya, ha asegurado que la decisión de España de aprobar un impuesto a determinados servicios digitales, conocido como 'tasa Google', "no es un gesto contra Estados Unidos", sino que tiene como objetivo adaptar la fiscalidad del país a la "realidad económica del siglo XXI".

En una entrevista en la 'Cadena Ser' recogida por Europa Press, González Laya ha incidido en que la nueva fiscalidad no está dirigida a una empresa americana, sino que se va a aplicar "de manera transparente y no discriminatoria" a todas aquellas que tienen una actividad digital en España, y así se lo ha trasladado al Gobierno estadounidense.

A este respecto, ha señalado que informó con antelación al secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, de que se iba a aprobar esta tasa porque es consciente de que es un "tema sensible" para este Gobierno y porque en las relaciones entre dos "socios y amigos leales" como España y Estados Unidos las cosas se deben hacer "en buen orden".

En este sentido, ha remarcado que la preferencia de España es que no solo se adopte esta tasa en el país, sino que se haga a nivel de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), de la que forman parte todas las grandes economías del mundo y que permitiría que este sistema sea "más eficaz".

Así, ha señalado que el pago de impuestos por la prestación de servicios digitales en los países donde se generan los ingresos es una "cuestión importante" para el Gobierno, que está reformando la fiscalidad para adaptarla a la "realidad económica del siglo XXI" y que no recaiga el peso solo sobre la economía analógica.

Asimismo, ha señalado que en la Conferencia de Seguridad de Múnich que se celebró el pasado fin de semana tuvo la oportunidad de saludar y escuchar al fundador de Facebook, Marck Zuckerberg, quien afirmó que entiende que debe haber una fiscalidad sobre las actividades digitales y que prefiere esta sea "lo más armonizada posible". "Escuchemos también lo que tiene que decir la empresa, que al fin y al cabo es quien va a pagar la tasa de actividad digital", ha añadido.

ESTADOS UNIDOS CONTRA HUAWEI

Por otro lado, preguntada por la presión de Estados Unidos a Europa y España para que no utilice equipamiento de Huawei en el despliegue de redes 5G, González Laya ha remarcado que este conflicto no es una cuestión de empresas concretas, como Google o Huawei, sino de saber "quién va a ganar la batalla del siglo XXI", la tecnológica, si China o Estados Unidos.

"La tecnología es la gran batalla por la supremacía en el siglo XXI y en esta batalla hay dos actores muy grandes, China en el Este y Estados Unidos en el Oeste, cada uno empujando sus intereses, y Europa de alguna manera está en el centro", ha señalado.

En este contexto, ha admitido que en materia tecnológica hay una "gran concentración de poder" en manos de unas pocas empresas, pero ha incidido en que hay que "tener cuidado" de no hacer de esta "cuestión geopolítica" una batalla por una empresa o contra una empresa.

González Laya ha indicado que en este escenario la respuesta debe proceder del conjunto de Europa y ha incidido en que el Viejo Continente lo que tiene que hacer es "abrir el zoom" y asegurarse de que, independientemente de cuál sea la empresa, haya unas reglas de juego, que actualmente no existen, en aspectos como la fiscalidad o la protección de datos.

En este contexto, ha recordado que en su comparecencia de este jueves en la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso anunció que España va a constituir un panel de alto nivel sobre tecnología y orden global para ver todas las implicaciones que tienen estas discusiones sobre tecnología y, a partir de un diagnóstico, poder ver cómo Europa puede actuar regulando mejor esa realidad, que es la tecnología en el siglo XXI.