El informe concluye que la sociedad digital en España demanda un marco ético en el que la tecnología esté al servicio de las personas y que el avance de las tecnologías digitales está desarrollando nuevas fórmulas de comunicarse, consumir, trabajar y disfrutar del ocio y el tiempo libre. Esta realidad ha abierto nuevas oportunidades que suponen un cambio disruptivo en la manera en la que los españoles entienden el mundo. Se está asistiendo, pues, a la evolución del usuario digital al ciudadano digital. Así, el informe hace hincapié en la necesidad de poner a las personas y sus derechos en el centro del debate. Otras conclusiones son que la hiperconectividad es el oxígeno del mundo digital en España; que la hiperpersonalización de servicios, la privacidad y la protección de datos se basan en una cuestión de confianza; que en el campo de la Inteligencia Artificial y del Internet de las Cosas, y de la mano de la conectividad, se desarrollan las ciudades inteligentes, los cobots y los asistentes de voz; que llega la “Generation Mute”, con la mensajería instantánea como preferencia; y que, en el mundo audiovisual, las Smart TVs, las fake news y las deep fake son tres hitos de 2018 que reflejan el profundo cambio experimentado por la televisión.