Sajad, Imán, Aladín, Suleika, Nya Thierry, Zeinab, Jeanne, Oboun, Karim, Morad y Libertad dan voz, a través de sus historias personales, a los 65 millones de personas que se han convertido en refugiados por la guerra, la violencia o la persecución en sus naciones. Estos once hombres, mujeres y niños protagonizan la exposición ‘#DerechosRefugiados: 11 vidas en 11 maletas’, que ha sido inaugurada por la presidenta del Consejo General de la Abogacía Española, Victoria Ortega; el decano del Colegio de Abogados de Granada, Eduardo Torres; y el presidente del Consejo Consultivo de Andalucía, Juan Cano Bueso; entre otros representantes del ámbito jurídico y de acción social.
“Con esta magnífica y, a la vez, trágica exposición, organizada por la Abogacía, queremos que los ciudadanos visualicen el drama que viven los ciudadanos que se ven obligados a abandonar sus países y nos concienciemos de la necesidad de hacer lo que no estamos haciendo”, ha declarado Torres.
“Pocas cosas hay más duras para las personas que tener que abandonar sus casas y, si a esto le añadimos la incomprensión y el rechazo, le haremos un daño irreparable a estos ciudadanos, pero también a la sociedad”, ha añadido Ortega, quien ha denunciado que la actitud “bochornosa” de la Unión Europea donde “no se están cumpliendo con el compromiso de acogimiento acordado”.
De las 17.000 personas que España se comprometió a acoger, solo han llegado 1.000, ha puntualizado Cano Bueso, para quien la exposición pretenden hacer reflexionar sobre una parcela del ordenamiento jurídico que se está inaplicando. Por ello, la presidenta de la Abogacía ha exigido que se garanticen los derechos de las personas que se ven obligadas a huir de sus países a causa de la guerra, la violencia, la persecución o la pobreza, “no solo porque es un imperativo moral sino, por encima de todo, porque es un imperativo legal”.
La muestra, que se encuentra ubicada en el Palacio de Bibataubín, está organizada por la Fundación Abogacía Española con el objetivo de crear un espacio de reflexión y alertar sobre la situación de vulnerabilidad a la que se enfrentan los refugiados que se ven en la obligación de abandonar sus países y buscar ayuda, en el 90% de los casos, en naciones limítrofes, la mayoría pobres. 17.000 han venido 1000
Organizada en torno a 11 maletas, que contienen retazos de la vida de sus propietarios y están rodeadas por una ‘valla de la vergüenza’ hecha con concertina –en la que los visitantes pueden dejar sus mensajes-, la exposición #DerechosRefugiados también incluye textos encargados expresamente por el CGAE a periodistas, escritores o activistas de Derechos Humanos como Mònica Bernabé, Nicolás Castellano, Ángel Expósito, Helena Maleno, Jorge M. Reverte, Lorenzo Milá, José Naranjo, Cristina Saavedra, Natalia Sancha, Gervasio Sánchez, Lorenzo Silva y Jon Sistiaga. Cada una de las historias que se recogen en la muestra ha sido facilitada por organizaciones como ACCEM, ACNUR, Amnistía Internacional, Cáritas, Cruz Roja, CEAR, Oxfam-Intermon, Pro Activa Open Arms, Unicef y Save the Children.
Junto a las 11 maletas con la historia de los protagonistas, figura la maleta de la Abogacía Española con ejemplares de la Declaración Universal de Derechos Humanos para que los visitantes puedan llevárselos, conocerlos, difundirlos y, sobre todo, defenderlos.
La exposición, patrocinada por la Mutualidad de la Abogacía y la Editorial Lefebvre-El Derecho, podrá verse de forma gratuita hasta el 9 de junio en el Palacio de Bibataubín en el siguiente horario: lunes y martes, de 8:30 a 21:00 horas; miércoles jueves y viernes, de 8:30 a 15:00 y de 19:00 a 21:00 horas; y sábados: de 19:00 a 21:00 horas.
El mapa de la vergüenza
Cada minuto, 24 personas se ven obligadas a abandonar su hogar por los conflictos bélicos o las persecuciones. La mitad es menor de 18 años y el 53% procede de Siria, Afganistán o Somalia.
Entre el 1 de enero y el 7 de julio de 2015, según los datos de ACNUR, 1.242.597 personas llegaron a Europa por mar; 6.690 fallecieron o desaparecieron intentándolo. Una cifra que sigue aumentando y que tiene un especial significado en la provincia de Granada, donde Motril se ha convertido en la actualidad en el segundo punto de entrada de inmigrantes por vía marítima de España.
Sin embargo, son Turquía, Paquistán y Líbano –y no la Unión Europea-, los principales países de acogida para estos refugiados.