El incremento de siete décimas de la presión fiscal en España entre 2018 y 2017 representa además la cuarta mayor subida entre los países de la zona euro y la mayor entre las grandes economías de la región.
Por otro lado, tomando como referencia el ejercicio 2017, cuando el porcentaje de la recaudación fiscal en España fue del 33,7% del PIB, la OCDE estima que el mayor peso en los ingresos fiscales del país correspondió a las contribuciones a la Seguridad Social, con un 34%, frente a la media del 26% de la OCDE, mientras que los impuestos sobre la renta de las personas físicas supusieron el 21,8%, frente al 23,9% de media en la organización.
En el caso del impuesto de sociedades, el peso de este tributo en la recaudación fiscal de España fue del 6,8%, frente al 9,3% de media de la OCDE, mientras que la contribución de los impuestos sobre la propiedad en España representó el 7,5% de los ingresos, frente al 5,8% de la media en la OCDE.
De su lado, la aportación del IVA se situó en el 19,1% en España, por debajo del 20,2% de la organización internacional y el peso de los demás impuestos sobre el consumo fue del 10,2%, dos puntos porcentuales menos que la media de la OCDE.
Francia (46,1%) y México (16,1%), extremos de la OCDE
A nivel global, la OCDE destaca que la presión fiscal entre las economías avanzadas se ha estabilizado, después de mantenerse "virtualmente sin cambios" y registrar una media del 34,3% del PIB en 2018, en comparación con el 34,2% de 2017.
En este sentido, la organización atribuye esta pausa en las subidas observadas en años anteriores a la reforma fiscal aprobada en Estados Unidos, donde la presión fiscal disminuyó al 24,3% en 2018 desde el 26,8% del año anterior, su nivel más bajo desde el año 2012.
Aparte de en la mayor economía mundial, la presión fiscal también disminuyó en 2018 en otros 14 países. El mayor alivio se registró en Hungría, con una bajada de 1,6 puntos porcentuales en un año, por delante de Israel, donde bajó en 1,4 puntos porcentuales.
Por contra, los mayores incrementos correspondieron en 2018 a Corea del Sur, con un alza de 1,5 puntos porcentuales, seguido de Luxemburgo, con una subida de 1,3 puntos porcentuales.
Los países con la presión fiscal más elevada en 2018 fueron Francia (46,1%), por delante de Dinamarca (44,9%) y Bélgica (44,8%), mientras que el menor peso de los impuestos y contribuciones sociales en el PIB entre las economías avanzadas se observó en México (16,1%), Chile (21,1%) e Irlanda (22,3%).