En estos casos, y desde hace unos años, algunos juzgados adaptan sus fallos a un sistema de lectura fácil para que puedan entender el contenido del fallo sin necesidad de asesoramiento. De momento son pocas las sentencias adaptadas, 65 en total en España desde la primera en 2016.
Para dar un impulso, el Colegio de Abogados de Valencia (ICAV) ha puesto en marcha un proyecto para la adaptación de fallos judiciales a lectura fácil utilizando machine learning, una rama de la inteligencia artificial. Colaboran en el proyecto la Universidad Politécnica de Valencia, la Fundación Espurna y la Fundación D. Eduardo Calabuig-ICAV.
El machine learning es el aprendizaje que realiza el ordenador. Y en eso consiste el proyecto, en enseñar al ordenador para que aprenda la estructura básica de las sentencias y pueda hacerlas por sí mismo. El objetivo final: que los jueces tengan una aplicación en la que introduzcan el fallo y ésta lo adapte automáticamente. Hasta ahora, el proceso de adaptación a lectura fácil es manual, intervienen varias personas y eso lo ralentiza.
La idea, explica Antonio García Sabater, presidente de la Sección de Derecho de la Discapacidad del ICAV, surge por la “carencia en la universalización de una idea muy buena, la adaptación de fallos a lectura fácil”. Para que funcione es necesario, no obstante, que se adapten más fallos a lectura fácil. Porque para que los ordenadores aprendan hace falta “tener muchos datos”, explica. El trabajo va a comenzar en el ámbito Civil y después se extenderá a otras jurisdicciones.
Los operadores jurídicos se van concienciando con este tema, pero “quizá demasiado poco a poco”, indica García Sabater. Por eso, es necesario impulsar la sensibilización en este ámbito. Porque al final, “la lectura fácil no solo sirve para las personas con discapacidad. Sirve para todo tipo de personas”, subraya.