La empresa demandante, Blackbird Tecnologies, es lo que se conoce como un 'troll' de patentes. Fundada por Wendy Verlaner y Chris Freeman, dos abogados procedentes de grandes firmas, la compañía no posee ningún tipo de contenidos, sólo patentes. Su método de obtener beneficios se basa en las denuncias a las empresas que supuestamente las infringen.
La patente en cuestión que justifica la demanda a Netflix es la cifrada como 7,174,362. Fue registrada en el año 2000 por Sungil Lee, un emprendedor de San Diego. En realidad, esta patente hace referencia a un sistema de envío de CDs personalizados a domicilio sin necesidad de personas como intermediarias.
El problema en el que se apoya Blackbird es que la patente se registró de una manera tan vaga que ha sido anteriormente utilizada por otra compañía 'troll', Innovative Automation LLC, para demandar a empresas de Internet. Según el texto del documento, se trata de "un método de duplicación de datos digitales para ordenadores que incluye: recibir solicitudes de uno o más usuarios; trasmitir estas solicitudes a través de una red a un ordenador; asignar cada una de estas solicitudes a una variedad de dispositivos de salida; y ejecutar el proceso de duplicación".
Desde el 30 de noviembre del año pasado, Netflix permite descargar contenidos para que los usuarios puedan ver las series cuando no disponen de conexión a Internet. A pesar de que este sistema no tiene nada que ver con la patente de CDs físicos, Blackbird intentará basarse en el uso confuso de la expresión 'dispositivo de salida' (output device) para obtener una indemnización.
No obstante, es posible que la patente de Blackbird sea en sí misma una copia, según Ars Technica, ya que a principios del milenio la propia Netflix ya empleaba un sistema de distribución de DVDs a domicilio similar.
Fuente de la noticia: Europa Press