El informe señala que si hay algo que no se puede obviar es precisamente el momento de transición en el que se encuentra inmerso el sector de los medios de pago, debido a que la situación de pandemia ha acelerado la digitalización a un ritmo sin precedentes. La transición también se observa en la mayor convivencia o multiplicidad de medios de pago en uso por la población, en un año en el que los más digitales han experimentado un impulso frente a los más físicos o materiales. Se detectan nuevos hábitos en relación al dinero en efectivo, que se encuentra estancado o, incluso, disminuye por la adopción de comportamientos y hábitos preventivos frente al contagio. En cambio, el uso de los medios de pago electrónicos se consolida. La transformación de los ecosistemas de pagos en la última década ha sido muy notable, motivada por la entrada de nuevos players y por la creación de nuevos modelos de negocio intensivos en tecnología y centrados en el cliente. El informe lanza una mirada hacia el futuro, al tiempo que se apoya en los datos ya consolidados a lo largo de los últimos diez años, y muy especialmente en este último de pandemia. De esta manera, consigue contrastar tendencias tales como el avance hacia una sociedad cashless, el aumento en el uso de los medios de pago digitales o el traslado de las compras al canal online, y plantea nuevos retos como la universalización de los pagos digitales contactless, la apuesta por las monedas digitales o nuevos modelos como el Payments-as-a-Service (PaaS).