En materia de autoría, ha señalado el fiscal, “caben todas las formas de complicidad”. Así, la investigación no solo se limitará al conductor, sino también al titular, encargado o empleado de la empresa propietaria del vehículo o del taller o cualquier otra persona que lleve a cabo estos comportamientos de manipulación.
También ha dado indicaciones para la investigación de eventuales situaciones de abuso laboral conectadas con la manipulación de estos instrumentos que registran la velocidad y las horas de conducción en vehículos profesionales, así como de la siniestralidad de las furgonetas de reparto de las mercancías por carretera. “Se trata de conductas aisladas, que deben ser erradicadas del sector del transporte, que en nuestro país funciona de forma eficaz y con calidad”, ha resaltado el Fiscal Vargas.
La clave, la prevención
Vargas ha destacado que la clave es la prevención de estos comportamientos tan peligrosos. Por eso, esta Fiscalía actúa en plena coordinación con la Fiscalía de Siniestralidad Laboral y la de Extranjería. Además, el fiscal de Sala ha anunciado que los fiscales delegados de Seguridad Vial mantendrán contactos y elaborarán Protocolos de Coordinación con la Dirección General de Tráfico, Dirección General de Transportes por Carretera, Consejerías de Transportes, Asociaciones de Empresarios y Sindicatos de Trabajadores, desde la perspectiva de la calidad, eficacia y prestigio del transporte nacional y europeo de mercancias y viajeros de nuestro país.
Actuaciones policiales
El fiscal ha estado acompañado por dos responsables de tráfico de Mossos d'Esquadra y dos guardias civiles que han explicado el funcionamiento del tacógrafo y sus diferentes formas de manipularlo: con un imán, cortando la corriente de contacto del tacógrafo, manualmente o con mando a distancia, entre otras. ”Estas conductas ponen en riesgo la seguridad de todos los que circulamos por las carreteras, puesto que la manipulación de tacógrafos desconecta los sistemas de seguridad de los camiones, como el ABS o el control de velocidad”, ha afirmado Andreu González, Cap de la Divisió de Tránsit, quien ha recordado que en los últimos diez años los Mossos han realizado trescientas intervenciones en esta materia.
“El objetivo es simular un registro ficticio de descanso cuando se va conduciendo y eso supone un grave peligro para la seguridad vial”, ha destacado José Antonio González Fernández, guardia civil de la Escuela de Tráfico.
La reciente sentencia de enero de 2020 del Tribunal Supremo instada por la Fiscalía ha abierto una vía para la persecución penal de estos comportamientos, al considerar delito de falsedad en documento oficial “la manipulación fraudulenta de un tacógrafo que dé como resultado la alteración de los registros del instrumento, realizada con la finalidad de sortear los controles policiales y administrativos”.
El Oficio de la Fiscalía de Seguridad Vial enviado a los cuerpos policiales permitirá realizar un control eficaz en las carreteras de este tipo de manipulaciones fraudulentas.