Estas son algunos de los cálculos del organismo supervisor recogido en una presentación realizada en Cepyme por el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Óscar Arce, sobre el impacto de la crisis del Covid-19 sobre la situación financiera de las pymes.
Arce ha explicado que la crisis ha elevado el riesgo de liquidez de las empresas, ya que la fuerte caída de la facturación aumentó las necesidades de liquidez, en un contexto en el que tenían colchones "insuficientes" para cubrir sus necesidades dada la magnitud de la perturbación.
En 2020 un 68% de empresas presentó necesidades de liquidez, en ese mismo porcentaje las pymes y algo más, el 70%, las grandes empresas. Sobresalieron los sectores de hostelería, restauracón y ocio, con casi el 90% de empresas con necesidades de liquidez; el de vehículos de motor (85%) y el de transporte y almacenamiento (81%).
Arce ha valorado que las políticas económicas reaccionaron "rápidamente" para hacer frente a los riesgos derivados de la pandemia con actuaciones que han contribuido "decisivamente" a relajar las condiciones de financiación de las empresas y han favorecido que las empresas puedan financiar con deuda sus mayores necesidades, con las líneas ICO.
No obstante, cree que ello no ha evitado un deterioro, más marcado en las pymes y en los sectores más afectados, tanto de la rentabilidad, como del endeudamiento y un empeoramiento, aunque más moderado, de la situación de solvencia de las empresas.
Esta incidencia está siendo especialmente intensa en el segmento de las pymes y, sobre todo, en los sectores de hostelería, restauración y ocio, y de vehículos de motor.
De acuerdo con la ratio de deuda neta sobre activo neto, las empresas vulnerables superaron el 20% en 2020, en torno al 18% en el caso de las grandes empresas y un 21% en el de las pymes, así como en mayor medida en los sectores de hostelería, restauración y ocio (43%), vehículos de motor (30%) y transporte y almacenamiento (18%).
Más de un 30% de empresas vulnerables
Si se mide la ratio de deuda neta sobre resultados, la cifra total de empresas vulnerables superaría el 35%, en un nivel similar entre grandes empresas y pymes, y alcanzaría el 68% en hostelería, el 55% en vehículos de motor y el 40% en transporte.
En cuanto a la solvencia, el organismo estima que sin efectos permanentes sobre los resultados, las empresas insolventes aumentarían en 4 puntos porcentuales y con efectos permanentes crecerían en más de 8 puntos.
Por tamaños, el porcentaje de empresas insolventes (tanto viables como inviables) creció en 2020 más entre las pymes, especialmente en el caso de efectos permanentes sobre los resultados. Concretamente, estima que el año pasado hubo entre un 14% y un 18% de pymes insolventes, de las que un 8% serían viables pero entre un 6% (sin efectos permanentes) y un 10% (con efectos permanentes) serían inviables.
En el caso de las grandes empresas, en función de las simulaciones, calcula se registraron entre un 14% y un 17% de las mismas insolventes. De ellas, en torno al 7% serían viables y entre un 7% y un 10%, inviables.
Los sectores en los que más aumentaría la proporción de empresas insolventes (tanto viables como inviables) serían el de hostelería, restauración y ocio (entre 20% y 32%); el de vehículos de motor (entre 22% y 31%) y, en menor medida, el de comercio (entre 19% y 23%).
De esta forma, aunque Arce ha valorado que las políticas económicas desplegadas han mitigado "significativamente" los riesgos de liquidez a corto plazo de las pymes, en el contexto actual ve "crucial" adaptar las políticas a la evolución de la crisis, que ha acrecentado los riesgos de solvencia vinculados tanto con el aumento del endeudamiento como con el descenso de los beneficios.
A su juicio, la resolución de estos problemas podría requerir en algunos casos recapitalizaciones (fondo SEPI, grandes empresas estratégicas), el reforzamiento de recursos propios (fondos públicos y privados), reestructuraciones de deuda y ayudas directas, especialmente para las más pequeñas.
También ve preciso mejorar el funcionamiento de los procedimientos judiciales y extrajudiciales de insolvencias que redunden en una mayor eficiencia y agilidad y permitan que más empresas puedan proseguir su actividad, así como un "escaso uso" de los acuerdos extrajudiciales de pagos (AEP), el mecanismo preconcursal para autónomos y pymes.
Arce ha explicado que las pymes presentaron entre 2014 y 2019 un aumento continuado de su rentabilidad y de sus colchones de liquidez, así como un progresivo descenso de sus ratios medias de endeudamiento, aunque a finales de 2019 persistía un segmento del sector con una situación de mayor vulnerabilidad financiera. En concreto, un 31% de las pymes seguían en 2019 registrando rentabilidad negativa y una cuarta parte todavía presentaba niveles de deuda sobre activo superiores al 80%.