Ambas conmemoraciones han tenido lugar este lunes en un acto togado que ha congregado a más de 1.500 personas en el Teatro Real de Madrid para presenciar el juramento o promesa de quienes se incorporan al ejercicio profesional, que han sido cerca de 350 jóvenes.
Tras la lectura del juramento por parte de los nuevos letrados, Felipe VI ha recibido un cuadro conmemorativo de sus 25 años como Colegiado de Honor del ICAM, “recuerdo que guardo con mucho cariño y como permanente símbolo de respeto y aprecio por el Colegio de Madrid y por la profesión”.
La ocasión, ha señalado el Rey en la apertura de su discurso, “merece todo el realce porque además de honrar y admirar la historia de esta Corporación, hoy la más grande Europa, nos alegra hacerlo siendo testigos de su continuidad; la que bien representa la plena colegiación formal de los nuevos abogados”.
“A lo lago de los siglos”, ha proseguido Felipe VI, “los abogados os habéis convertido en actores principales de la sociedad civil, escribiendo en muchas de las mejores páginas que han ido conformando la historia de España; las más notables en lo que respecta a avances del Estado de Derecho. Vuestro trabajo es, ha sido y será sumamente valioso”.
Una labor pluridimensional con la que la abogacía ha contribuido a la tarea del poder legislativo aportando “su experiencia en el derecho aplicado”, así como a la del poder judicial, pues “no puede olvidarse que en la génesis de la jurisprudencia están presentes las alegaciones de los abogados”. Asimismo, ha incidido el Rey, la abogacía madrileña ha estado muy presente en el poder ejecutivo a través de notables políticos, entre ellos ministros y presidentes del Gobierno, que fueron colegiados de Madrid, lo que “denota la importancia de la formación jurídica en el ejercicio del gobierno”.
Compromiso vitalicio
En las manos de los abogados “se deposita la defensa de los derechos fundamentales y de todos aquellos que se concentran en el artículo 24 de la Constitución. Hacerlos valer, hacerlos cumplir y también respetar constituye, sobre todo, un acto de servicio a la propia sociedad, lo que trasciende del caso concreto”, ha remarcado el Rey. Porque abogar “implica compromiso y entrega, el hecho de disponer de un sistema de justicia tan avanzado radica en que nadie queda desprovisto de defensa ante un conflicto jurídico. Esta es la grandeza del Estado de Derecho y de sus protagonistas togados”, ha añadido, destacando el esfuerzo de los profesionales del Turno de Oficio “que hacen que el sistema funcione con niveles de calidad elevados en la prestación de los servicios”.
Respecto a la jura de los nuevos letrados, Felipe VI ha destacado el “profundo significado” que este acto tiene para todos los colegiados, puesto que la incorporación al ejercicio de la abogacía “implica asumir un compromiso vitalicio que marcará vuestro camino profesional”. Un camino en el que “la libertad e independencia son irrenunciables, pues en ellas radica la esencia del buen hacer y de la mejor técnica” de quienes, con vocación de servicio, defienden “la justicia como un valor supremo de la convivencia y el Derecho como instrumento regulador de la vida social”, ha concluido.
Contribución histórica
Junto al Rey, han participado en el acto dos de los colegiados más ilustres del ICAM, los expresidentes del Gobierno Felipe González y José María Aznar, así como los presidentes del Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional, Carlos Lesmes y Pedro González-Trevijano, la ministra de Justicia, Pilar Llop, y el alcalde de Madrid y también colegiado, José Luis –Martínez Almeida.
A todos ellos y al resto de autoridades e invitados asistentes ha agradecido su presencia el decano José María Alonso, recordando en sus palabras de bienvenida el histórico compromiso de la Abogacía madrileña con la Corona y el orden constitucional. “Su Majestad puede estar seguro de que la Abogacía Madrileña, a la que me honro hoy en representar, estará siempre a su lado en la defensa del principio de legalidad”, ha resaltado.
A lo largo de su centenaria existencia, ha recordado Alonso, el Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid ha proporcionado grandes figuras a la historia de nuestro país, “porque la historia del ICAM es la historia de España”. Desde el Conde de Floridablanca hasta José María Aznar, pasando por figuras como Bravo Murillo, Pi y Margall, Cánovas del Castillo, Maura, Azaña o Adolfo Suárez, decenas de colegiados en Madrid elevaron la abogacía hasta las más altas responsabilidades del Estado.
Una abogacía comprometida históricamente “con el mejor desarrollo legislativo de nuestro país, con la defensa del derecho de defensa, con la lucha por las libertades y los valores democráticos”, cuyo papel fue fundamental en la Transición Política que culminó con la Constitución de 1978 que, “bajo la alta magistratura de la Corona, nos ha proporcionado a los españoles y españolas el período más prolongado de paz, libertad y prosperidad de nuestra historia”, ha señalado el decano.
Turno de oficio y elaboración normativa
En su discurso, Alonso también ha puesto en valor la función de los más de 6.000 abogados y abogadas que dedican la mayor parte de su actividad a prestar asistencia jurídica gratuita y al turno de oficio, “compañeras y compañeros que, pese a estar infrarremunerados por las distintas Administraciones, atienden a esos ciudadanos y ciudadanas con absoluta dedicación, compromiso y máximos estándares de calidad”.
También ha ensalzado el decano el papel de las mujeres juristas, desde pioneras como Clara Campoamor o Victoria Kent “que tan difícil lo han tenido para el ejercicio de la profesión”, hasta la actualidad, cuando de los más de 76.000 colegiados y colegiadas que integran el ICAM cerca de la mitad son abogadas y el porcentaje sigue creciendo: “nuestro compromiso con la igualdad es absoluto e irrenunciable”, ha subrayado.
La Abogacía, en definitiva, es un “actor esencial” para el normal funcionamiento de la sociedad —“sin abogadas y abogados viviríamos en el caos”—, y por ello el decano del mayor colegio de España, con más de 75.000 miembros, se ha rebelado contra el calificativo de “meros colaboradores” de la Administración de Justicia con el que se suele describir su función. “No somos colaboradores, somos parte integrante de la Administración de Justicia, como los Jueces, los Fiscales, los Letrados de la Administración de Justicia o los Procuradores de los Tribunales”, ha insistido Alonso.
Por su privilegiado conocimiento de las verdaderas necesidades y preocupaciones de los ciudadanos en lo que a sus derechos se refiere, los abogados y abogadas deben “participar directamente en la elaboración normativa”, ha proseguido, subrayando finalmente la importancia de contar “sin más dilación” con una Ley del Derecho de Defensa “que nos permita ejercer nuestra profesión con plenas garantías en beneficio de los ciudadanos”.
Jóvenes letrados
Dirigiéndose a los cerca de 350 jóvenes abogados y abogadas que han prestado juramento o promesa, Alonso ha recordado que la profesión calificada por Voltaire como la “más bella del mundo” y por Balzac como la que, junto con los médicos y los sacerdotes, más directamente escucha “las preocupaciones, las miserias y el sufrimiento humano”, es también “una profesión que exige un gran sacrificio, una enorme dedicación y la asunción de permanentes retos”.
Para concluir, el decano del ICAM ha recordado a los nuevos letrados los principales valores en los que se sustenta el oficio de abogar, como son la formación permanente; la búsqueda de la excelencia; la irrenunciable defensa del Estado de derecho; el comportamiento profundamente ético; el respeto al compañero y a las normas deontológicas; el coraje y la valentía a la hora de defender el derecho de defensa y confrontar el abuso y la arbitrariedad.
Sesión de tarde
La primera jornada del amplio programa conmemorativo del 425 Aniversario del ICAM tendrá en la tarde del lunes un segundo acto en el mismo escenario. En presencia de las máximas autoridades del ámbito judicial y político madrileño, y con la participación del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y la vicealcaldesa del Ayuntamiento de Madrid, Begoña Villacís, el Colegio madrileño rendirá homenaje a más de 300 profesionales que cumplen 25, 50 y 60 años en el ejercicio de la profesión.