A continuación se presentan las declaraciones del Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, en la "Cumbre de la Web", celebrada en Lisboa el pasado 5 de noviembre:
Buenas tardes a todos. Qué maravilloso ver cuánta gente participa. No se imaginan lo emocionado que estoy de poder dirigirme a esta maravilloso grupo para hablar de tecnologías de vanguardia.
Como Secretario General de las Naciones Unidas, mi preocupación es asegurar que la ONU pueda apoyar tecnologías de vanguardia para maximizar su impacto positivo, tanto en las personas como en el planeta y, al mismo tiempo, limitar los riesgos en caso de que se utilicen indebidamente.
Lo más fascinante de las tecnologías de vanguardia es la velocidad: se mueven a velocidad asombrosa. El noventa por ciento de los datos que existe hoy en el mundo se han creado en los últimos dos años. Almacenar un megabyte de datos en el año 1960 costaba aproximadamente 1 millón de dólares. Actualmente cuesta menos de dos euros.
Las cosas se están moviendo realmente rápido. Las nuevas tecnologías como el blockchain o incluso una prueba genética se consideran actualmente tecnologías comunes. El "Internet de las cosas" está creciendo de manera exponencial, y ahora también existe el "Internet de los cuerpos", que se basa en una red que facilita que se puedan practicar implantes médicos. Esto es algo que ha pasado de ser una investigación puramente experimental a algo cotidiano.
La inteligencia artificial está en todas partes, facilita la compra y venta de acciones, ayuda a la vigilancia policial e incluso puede hacer que las personas puedan encontrar pareja. Aunque tengo que reconocer que soy un poco escéptico sobre esto último. Me considero afortunado de haber elegido a mi alma gemela por métodos más tradicionales.
Pero lo que sí es cierto es que todo esto está generando enormes beneficios para las personas y para el planeta. Nos ayuda a curar enfermedades, a combatir el hambre, y estimula el crecimiento económico y el desarrollo en todo el mundo. Al mismo tiempo, el uso de estas tecnologías nos permite ser mucho más eficaces para abordar problemas en el mundo actual.
Tenemos una globalización que genera muchos desequilibrios y desigualdad. Es por eso que las Naciones Unidas tienen un plan, la Agenda 2030, y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que buscan llegar a conseguir una globalización más justa. Ahora, esos Objetivos de Desarrollo Sostenible, que se pueden aplicar a temas muy diversos, desde la educación hasta la sanidad, o desde el rescate de los océanos hasta el cambio climático, no serían posibles de lograr sin "sobrecargar" al mundo con la evolución de las nuevas tecnologías que pueden ayudarnos a lograr nuestros objetivos.
Nosotros, desde las Naciones Unidas, usamos esas tecnologías. UNICEF [Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia] ahora es capaz de confeccionar una hoja de ruta con las conexiones entre las escuelas de áreas más remotas. El PMA [Programa Mundial de Alimentos] a través de blockchain puede controlar de manera más exhaustiva el sistema de pagos de sus destinatarios. E incluso la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) puede utilizar estas tecnologías para crear las condiciones necesarias para que los refugiados reciban un mejor apoyo y estén mejor protegidos.
Ahora todas estas cosas suenan muy bien, pero también hay desafíos y también riesgos que asumir. Y me gustaría mencionar muy rápidamente tres retos. Primero, el impacto social de la Cuarta Revolución Industrial. En las próximas décadas, veremos una enorme cantidad de empleos nuevos y una enorme cantidad de empleos antiguos que van a dejar de existir, por lo que nos enfrentaremos a un enorme desempleo.
Y está claro que no estamos preparados para eso y no nos estamos preparando lo suficientemente rápido para lo que está por venir. Es obvio que la relación entre el trabajo, el ocio y otras ocupaciones cambiará radicalmente. Necesitaremos una inversión masiva en educación, pero un tipo diferente de educación. Lo que importa ahora no es aprender cosas sino saber cómo aprender cosas. Todos reconocemos que muchos adquirirán las habilidades para permitirles tener nuevas profesiones, pero algunos se quedarán atrás. Necesitaremos una nueva generación de redes de seguridad para permitir que las personas sobrevivan y tengan un nuevo significado para sus propias vidas. Este es un área de gran preocupación que necesita movilizar al gobierno, a la sociedad civil, a todos, y no estamos haciendo lo suficiente para prepararnos para este desafío.
Segundo, relacionado con la propia internet. Internet está uniendo a la mitad de la población mundial. Ha dado voz a muchas personas marginadas por la historia. Pero la verdad es que Internet también está transmitiendo discursos de odio. Se utiliza para violar la privacidad de las personas. En algunas situaciones, tenemos gobiernos y otras instituciones que lo utilizan para oprimir, censurar y controlar.
Ahora, para mí está claro que no fue la web la que creó el populismo, la que creó el tribalismo, la que creó la polarización de las sociedades. Estos tienen causas muy profundas, y no se puede culpar a la web por eso. Pero es cierto que la web está amplificando esos problemas y necesitamos movilizar a los gobiernos, a la sociedad civil y a los científicos para poder evitar la manipulación digital de las elecciones, por ejemplo, y crear algunos filtros que puedan impedir que el discurso del odio se mueva y sea un factor que provoque la inestabilidad de las sociedades.
La tercera preocupación que me gustaría plantear está relacionada con la cuestión de la acción humana, los problemas de control y la inteligencia artificial está en el centro de estas preocupaciones. Hoy reconocemos que muchas cosas que fueron hechas por personas ahora son hechas por máquinas. Y seamos claros, en muchas circunstancias, las máquinas las hacen mejor, incluso en áreas sofisticadas como el diagnóstico médico o la vigilancia policial. Lo importante es no olvidar que también puede aplicarse a ciertas armas que tendrán, por sí mismas, la posibilidad de matar. Esta es una gran preocupación para mí, el impacto de la tecnología en la guerra y la dificultad creada para preservar la paz y la seguridad en el mundo.
La aplicación de la inteligencia artificial para la creación de armas es un grave peligro y la posibilidad de que las máquinas tengan la capacidad, por sí mismas, de seleccionar y destruir objetivos está creando enormes dificultades, o creará enormes dificultades, pues va a provocar la proliferación de conflictos, por ello hay que garantizar que la ley y los derechos humanos son respetados dentro y fuera del campo de batalla. Para mí el mensaje es muy claro: las máquinas que tienen el poder y la discreción para tomar vidas humanas son políticamente inaceptables, son repugnantes moralmente y deberían ser prohibidas por el derecho internacional.
Ahora, cuando observamos todos estos problemas, entendemos que tenemos los medios para resolverlos. Las formas tradicionales típicas de regulación no necesariamente se aplican. Es cierto que en algunas áreas necesitamos usar el derecho internacional. En la mayoría de las circunstancias, la tecnología se mueve tan rápido que es el momento de reunir a personas para la preparación de una convención, para discutirla, aprobarla, ratificarla e implementarla. Cuando llegue el momento, todo será muy diferente.
Y así, lo que necesitamos es crear plataformas. Quiero que las Naciones Unidas sea una plataforma donde los gobiernos, la academia, los científicos, las empresas y la sociedad civil puedan reunirse y puedan encontrar formas de discutir y acordar protocolos, códigos de conducta y otros mecanismos que permitan el desarrollo de las las tecnologías digitales, que permitan la inteligencia artificial, que sean esencialmente una fuerza para el bien. Muchas gracias.