En la era digital en la que vivimos, la ciberseguridad se ha convertido en un tema crucial para los despachos de abogados, asesorías y pequeñas y medianas empresas (pymes). A medida que la tecnología avanza y el mundo se digitaliza, aumenta la dependencia de los sistemas de información pero también se incrementan los riesgos informáticos y las amenazas de seguridad, poniendo en peligro la confidencialidad, la integridad y la disponibilidad de la información. Por lo tanto, es fundamental para todos los negocios tomar medidas para protegerse y garantizar la seguridad de sus datos.
Ninguna empresa grande o pequeña está libre de sufrir un ciberataque y perder el control de la información de sus clientes y proveedores, de su know-how e incluso del acceso a sus herramientas de producción, Sin embargo, no todas manejan la misma cantidad de información sensible. La naturaleza misma de la profesión legal y la prestación de servicios de asesoría implica el manejo de información confidencial y especialmente protegida. Los despachos de abogados almacenan datos como expedientes judiciales, documentos legales, acuerdos confidenciales y mucho otro tipo de información delicada. Por otro lado, las asesorías y las pymes gestionan datos financieros, personales y comerciales de sus clientes y proveedores. Cualquier brecha de seguridad o filtración de información puede tener consecuencias graves comprometiendo no solo a la propia empresa, su reputación y su propia viabilidad sino también la de todos sus clientes.
Tampoco es igual la dependencia de los sistemas de información de las distintas empresas y por tanto las consecuencias de no poder acceder a la información en caso de un ciberataque. Los operadores legales se aprovechan cada vez más de las ventajas de la gestión digital del trabajo, gestión de agendas, expedientes, conocimiento jurídico, etc. Por eso, es un sector que debe ser especialmente cuidadoso con la seguridad para garantizar en cualquier caso la continuidad de su actividad.
Por ello el centro de la estrategia digital de cualquier empresa y en particular de los despachos de abogados, asesorías y pymes debe ser el establecimiento y la puesta en marcha de políticas de seguridad informática correctas, que sean implementables, funcionen y realmente mitiguen los riesgos y las consecuencias.
Riesgos informáticos y amenazas
1. Ransomware
Una de las principales amenazas actuales es el ransomware. Esta forma de malware encripta los datos de un sistema, dejando a los propietarios sin acceso a ellos hasta que se pague un rescate. Un ataque de ransomware puede ser devastador para un negocio, ya que puede causar interrupciones en la operatividad y pérdida de datos irremplazables. Para prevenir este tipo de ataques, es esencial contar con soluciones de seguridad robustas, como firewalls, sistemas de detección y prevención de intrusiones además de contar con un software de antivirus permanentemente actualizado.
2. Phising
Otra amenaza común es el phishing, un tipo de ataque en el que los ciberdelincuentes intentan engañar a las personas para que revelen información confidencial, como contraseñas, números de tarjetas de crédito o información personal, haciéndose pasar por una entidad confiable o una persona legítima. Este engaño se lleva a cabo mediante el envío de correos electrónicos, mensajes de texto, llamadas telefónicas o mensajes directos en redes sociales diseñados para parecer auténticos, aprovechando la falta de atención, la confianza o la falta de conocimiento de las personas sobre las estrategias utilizadas por los ciberdelincuentes. Los mensajes de phishing suelen incluir enlaces maliciosos que dirigen a sitios web falsos o solicitan a los usuarios que descarguen archivos adjuntos, que contienen malware diseñado para robar información o tomar el control del dispositivo.
3. Ataques de fuerza bruta
Los ataques de fuerza bruta también son una preocupación importante. Consisten en intentos repetidos de adivinar contraseñas mediante la prueba de múltiples combinaciones hasta encontrar la correcta. Para evitarlos, se debe promover el uso de contraseñas robustas y únicas, que incluyan una combinación de letras, números y caracteres especiales, y se deben implementar políticas de cambio de contraseñas periódicas.
4. Ataques de ingeniería social
Además, los ataques de ingeniería social son cada vez más comunes. En este tipo de ataques, los ciberdelincuentes se aprovechan de la confianza y la manipulación de las personas para obtener información confidencial. Los ciberdelincuentes pueden utilizar tácticas como la suplantación de identidad, el espionaje en redes sociales o el establecimiento de relaciones de confianza falsas. Para prevenirlos, se deben establecer políticas de seguridad claras y practicar una comunicación abierta sobre las tácticas utilizadas por los ciberdelincuentes.
5. Denegación de servicio (DoS)
Existen más ataques informáticos como los de denegación de servicio (DoS) en los que el objetivo es abrumar un sistema o red con una gran cantidad de solicitudes, lo que provoca como resultado la indisponibilidad del servicio para los usuarios legítimos. En los ataques de inyección de código se inserta código malicioso en una aplicación o sitio web para obtener acceso no autorizado, robar datos o comprometer la integridad de los sistemas. Los más conocidos son los ataques de inyección SQL, donde los atacantes explotan fallos de seguridad en las consultas de bases de datos.
Prevención de ciberataques
Para prevenir estos ataques y proteger la información confidencial es importante adoptar un enfoque de múltiples capas. Esto implica la implementación de políticas y procedimientos internos que promuevan la seguridad de la información, así como medidas de seguridad tecnológicas, como firewalls y sistemas de prevención de intrusiones. También es esencial contar con un equipo de profesionales capacitados y conscientes de los peligros para que puedan identificar, prevenir y responder rápidamente a las amenazas. Para ellos se debe proporcionar formación regular sobre seguridad de la información, destacando la importancia fomentar prácticas seguras como la utilización de contraseñas seguras, accesos a través de VPN, evitar la descarga de archivos sospechosos o el uso de redes wifi públicas, ser responsables al usar todos dispositivos electrónicos incluyendo los móviles, dejar de compartir documentos confidenciales con sus clientes a través de correos electrónicos sin cifrar, etc.
También es importantísimo contar con sistemas de respaldo y recuperación de datos. Es preciso realizar copias de seguridad periódicas de la información crítica y almacenarlas en ubicaciones seguras, tanto en la nube como fuera de línea, porque ayudará a mitigar el impacto de cualquier incidente de seguridad y garantizará la disponibilidad de datos y la recuperación de la actividad rápidamente ante cualquier eventualidad.
En conclusión, es vital que los despachos de abogados, asesorías y pymes estén preparados para enfrentar los ciberataques. Todas las organizaciones de cualquier tamaño y actividad pueden y deben mitigar los riesgos asociados con la ciberseguridad poniendo en marcha medidas preventivas, mediante la formación continua de su personal y contar con soluciones de respaldo y recuperación de datos que sean confiables. Al proteger su información, estos negocios pueden mantener la confianza de sus clientes y garantizar su éxito a largo plazo porque las consecuencias de un ciberataque pueden ser significativas tanto operativamente como en su reputación y pueden dar lugar a litigios, la pérdida de clientes y en muchos casos, el propio cierre de la empresa.
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