ENTREVISTA

Fernando Folgueiro y Yago Zavalia, Cofunder & Managing Partner de QANLEX: "Todavía hay mucho para crecer y afianzar el modelo de financiación de litigios"

Entrevista
QANLEX y sus cofundadores_img

El objetivo de QANLEX es proveer capital para llevar a cabo demandas meritorias.

Entrevistamos a Fernando Folgueiro y Yago Zavalia Gahan de QANLEX, el primer fondo tecnológico de financiación de litigios que opera en Europa y Latinoamérica.

 

- Para quien no haya escuchado hablar sobre la empresa, ¿cómo nació Qanlex y por quién está formada?

Qanlex nace a principios de 2020, viendo el desarrollo que había tenido la financiación de litigios en el derecho anglosajón y el mercado casi virgen que había para operar en LatAm y Europa continental. Sumado a esto, presenciamos la digitalización de las bases de litigios en los últimos años, lo cual nos permitió montar un modelo apalancado en la tecnología, haciéndolo más eficiente y escalable que el tradicional; y así crear  un proyecto que se encuentra en la intersección del derecho, las finanzas y la tecnología.

Al principio, lo empezamos dos socios, Yago Zavalia Gahan y Fernando Folgueiro, y luego sumamos a nuestro Head of Legal, Federico Muradas y enseguida nuestra apuesta fue sumar developers que nos ayuden a acelerar nuestro desarrollo tecnológico. En los siguientes años fuimos ampliando nuestro equipo legal, tanto en LatAm como en Europa, por ejemplo con la llegada de Juliana Giorgi como General Counsel para LatAm e Ignacio Delgado, quien llegaba con vasta experiencia en la industria, como General Counsel para Europa.

- ¿Podrías indicarnos cómo funciona la financiación de litigios? ¿Qué pasos se llevan a cabo?

La lógica clásica de la financiación de litigios consiste en que un tercero ajeno a la reclamación brinda al demandante los fondos necesarios para llevar adelante su caso, como por ejemplo, pagar a los abogados, peritos o gastos del tribunal. A cambio, este tercero recibe un porcentaje menor del resultado económico. Es importante enfatizar, entonces, que quien financia va a éxito con el cliente, recuperando su capital únicamente en caso de tener un resultado favorable.

Desde Qanlex, además de este modelo tradicional, también ofrecemos monetizar parcialmente el reclamo: esto es, le brindamos al demandante la posibilidad de adelantar parte de lo que está reclamando a cambio de cobrar luego una porción del resultado. De esta forma, empresas o individuos pueden capitalizarse sin tomar deuda usando exclusivamente el litigio como colateral.

Los pasos típicos dentro de Qanlex son los siguientes: primero, la firma de un acuerdo de confidencialidad (conocido como “NDA”). Luego, se nos acerca la información relevante del caso a través de un formulario que ponemos a disposición. Al cabo de pocos días—internamente, nuestro benchmark es no superar nunca las tres semanas desde que se nos remite la información—pasamos una hoja de términos en caso de que decidamos avanzar con la financiación.

- ¿Cuál es el perfil de vuestros clientes?

No hay un patrón rígido. La mayoría son empresas, pero también tenemos personas naturales. Dentro de las empresas tenemos pequeñas, medianas y grandes: a las primeras, por lo general, les interesa porque no tienen caja para desviar y financiar un litigio; pero a todas, independientemente de su tamaño, les suele interesar monetizar y tener una entrada de capital sin tomar deuda, y así ganar previsibilidad sobre los flujos de caja futuros.

- Qanlex está presente en Europa y Latinoamérica, ¿qué mercado consideras que está más avanzado en esta materia?

Europa está más avanzado, ya que la mayoría de los grandes despachos ya han tenido algún acercamiento, aunque sea tímido, con este modelo, pero todavía hay mucho para crecer y afianzar el modelo de financiación de litigios. En LatAm estamos dando los primeros pasos, aunque también ya notamos mucha más familiarización por parte de abogados, peritos y centros arbitrales. Creo que la próxima frontera de acercamiento son las propias empresas, que se acostumbren a pensar en sus litigios meritorios como activos financieros que pueden capitalizar.

- ¿Con qué obstáculos te has encontrado en el plano profesional?

El mayor desafío que tenemos es el de ayudar a nuestros clientes a entender que un litigio puede ser una fuente de financiación, y muchas veces la respuesta a sus necesidades de capitalizarse, por las ventajas que tiene sobre tomar deuda.

- La tecnología está siendo un aliado en todas las profesiones, ¿cómo os ha ayudado a vosotros? ¿A qué retos y oportunidades os enfrentáis con el avance de las nuevas tecnologías?

La tecnología formó parte esencial de nuestro proyecto desde el momento cero. Nos consideramos tanto un fondo de inversión como una empresa de tecnología. Por un lado, tenemos nuestro algoritmo de rastrillaje y minado sobre las distintas bases judiciales virtuales, denominado Case Miner, que nos ayuda a ampliar nuestra base de sourcing y ser mucho más eficientes al actuar como un mecanismo de prefiltro jurídico-financiero.

Por otra parte, estamos incorporando modelos de lenguajes que nos ayudan a analizar los escritos e interactuar más eficientemente con toda la información de los casos. Por último, estamos trabajando sobre modelos de data science que nos ayudan a evaluar los tiempos de los procesos para tener estimaciones más precisas en nuestros modelos financieros.

- ¿En qué casos habéis trabajado recientemente y consideréis de especial relevancia?

De los casos del último tiempo, podemos destacar los siguientes:

  • Apoyamos a afectados por contaminación ambiental en una demanda colectiva contra una empresa petrolera. Al tratarse de varios demandantes, la mayoría de ellos con muy pocos recursos, ninguno contaba con la capacidad para hacerle frente a las diligencias procesales necesarias, como pericias técnicas que puedan demostrar el daño ambiental y los perjuicios sufridos, honorarios de los abogados, etc.
  • Adelantamos capital a una empresa con problemas de solvencia, contra el resultado económico de un pleito contra un Estado. En este caso, se trataba de la ejecución de un laudo, por lo que no había riesgo jurídico, pero la empresa estaba pasando por un período de iliquidez y precisaba traer este flujo futuro al presente. De esta manera, utilizó esta herramienta como fuente de financiamiento alternativa.